Si yo muriera primero por alguna circunstancia,
quisiera que me miraras solamente una vez más.
Para que cuando me cubra la obscuridad de la tierra,
la luz que enviaron tus ojos disipe mi soledad.

Y si me adelanto al viaje al que todos partiremos,
quisiera que me abrazaras como cuando yo vivía.
Para que cuando esté frío por el hielo de la muerte,
el calor que da tu amor sustituya al de mi vida.

Si yo muriera primero porque así quiso el destino,
quisiera que tu rezaras por el perdón de mi alma.
Para que así al escucharte Dios me conceda un deseo,
que esté yo en el paraíso para esperar tu llegada.