Destino de Sebastin
Publicado en Sep 17, 2009
Revisa mis ojos: algo se mueve en ellos en enmarañada trama. Me siento separado de la tierra, con fuego en las pupilas. Acabo de matar a un hombre. No sé qué designio me guió, pero hubo una luz trágica en mi puño, una pasión insatisfecha, una pluma de ave tocando el fondo de mi garganta, voces anudadas dirigidas a uno -atributos de poseído- bailando sobre palabras extranjeras. Oye, revisa mis ojos. Qué idioma debo hablar sino el de mis entrañas. Maté a un hombre. A Sebastián. No me arrepiento. Aquí está la sangre ineludible, el duro pozo. Fue una tropilla de angustia acosándome el pecho (tan investido de tiempo, de terror de hombre solo), y un momento pequeño en que apreté el gatillo hasta la fiereza inflexible de la bala. Maté a un hombre. Mira ahora mi cuerpo lánguido lejos de algún paraíso inabordable. Mira la nieve caer sobre mis ojos. Me llamo Sebastián y mis ojos lloran. Guillermo Capece
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Eduardo Fabio Asis
miguel cabeza
Un abrazo