ESCAPAR
Publicado en Oct 15, 2015
La coraza apelmazada cierra la atmósfera y vacía las calles de aceras fútiles, deformando aleatoriamente las lindes del pensamiento cabal y mesurado.
Si de verdad llueve, que me asista su frescor y me cale de humedad. Que atienda mi discordante fortuna para inferir que no soy nada si no destilan las nubes su pesar. Así, odio igual que amo las gotitas rompientes contra mi cuero, las hojas soldadas al suelo bajo su compacta dedicación, los exabruptos de jóvenes envejecidos, sin margen para las impresiones, concentrados en el ciclo mortuorio, la chispa con que las mujeres sortean vastos charcos, las miradas extraviadas y el sinfín de paraguas horteras y frágiles. No puedo vivir sin escuchar el silencio de un domingo gris y opresivo ni el gorgoteo atorado de las cañerías cuando aumenta la presión de mis venas. Los colores del mundo pierden valor y confieren mayor subjetividad a las cosas, más incoherentes pesquisas, y menos inapetentes conclusiones. Esto es para mí el cielo y el averno, el placer y martirio; es, sin duda, las ganas de no vernos.
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Mara Vallejo D.-
Grato leerte.
María
javier castillo esteban
Elvia Gonzalez
javier castillo esteban
MAVAL
vivo en un lugar donde la lluvia despierta casi todo el año...no es alegre después de escucharla por largos inviernos, otoños, veranos y primaveras...algo de nunca acabar...pero me alegra porque me deja momentos para embellecer mi jardín ...y los bosques milenarios que son sustento de todo el aire que respiramos...
mi saludo cordial.
javier castillo esteban
Gracias