Monlogo de Hermes, mensajero de los dioses.
Publicado en Nov 03, 2015
"La vulgaridad es uno de los inventos modernos más grandes y nuevos; como el teléfono o el aparato de radio. /.../ podremos encontrar aquí y allá, en la historia, una insinuación o una visión grande y dorada de la vulgaridad que habría de estallar luego en el mundo. Podemos encontrarla en el olor de la plutocracia púnica que apestó en las narices de los griegos y romanos, o en ciertos toques de mal gusto en un admirador de las artes como fue Nerón./.../ Hasta donde puedo acercarme a su esencia, consiste, en gran medida, de dos elementos; los llamaría facilidad y familiaridad. El primero significa que un hombre realmente "chorrea", es decir, que su autoexpresión surge sin esfuerzo, selección ni control./.../ Y el segundo elemento es al familiaridad; que, bien comprendida, sería profanación. Horacio habló del 'vulgo profano' y es verdad que esta familiaridad es la pérdida del miedo sagrado y un pecado contra el aspecto místico del hombre. En la práctica, significa manipularlas cosas con confianza y con desprecio, sin la concepción de que todas las cosas, a su manera, son sagradas" (Chesterton. El hombre común) (Entra el dios Hermes con su sombrero y alas en los íes vestido con una túnica sencilla y un cinturón dorado. Debe ser preferentemente un actor joven. Se pasea lentamente por la escena mirando al público como midiéndolo. Puede levantar su cabeza en señal de intentar calcular cuántos hay en la sala. Luego junta sus manos como quien tiene algo importante que decir) No lo podrán creer....(Mira al público con intensidad como buscando respuestas). Los dioses tienen miedo. Los mortales han dejado de creer en nosotros. Tiresias, el más grande adivino, y el oráculo de Delfos, han coincidido en una profecía: en un par de años desapareceremos de la faz de la tierra. Han hablado de una suerte de escepticismo, una nueva religión que invadirá la tierra. Con el correr del tiempo tomará nuevas formas, y se llamará agnosticismo y ateísmo, según los que las profesen sean más creyentes o no. (Con un gesto de preocupación). El problema es que esto de ser práctico y creer en la ciencia depreciando todo lo que tenga que ver con nosotros se tomará como una práctica de buen gusto, una señal de caballerosidad y buen nombre.(Realiza una breve pausa y continúa) Yo no digo que esté mal creer en la ciencia, para nada, pero...cuando se olvida todo lo demás se niega una parte de la realidad, y el hombre se priva de su esencia...se niega a sí mismo... No estamos muy lejos. Hoy en día nuestros templos son olvidados y nuestras fiestas pisoteadas...ya nadie nos lleva flores ni ofrendas ni las madres honran a sus hijos con nuestros nombres. Somos....somos...somos tan solo sombras....y...no sabemos ya si (palpándose) ¡somos reales! (desesperado) Yo les digo siempre que somos tan reales como la barca de Caronte y como los rayos de Zeus. Me esfuerzo todos los días en recordarles sus hazañas. Por ejemplo le digo a Venus "¿Acaso te has olvidado como ayudaste a Eneas tu hijo?" o a el mismo Padre Zeus "¿Has olvidado cómo enamoraste a tu hermana Hera transformándote en un pajarito" (Pausa y camina por el escenario pensativo) ¿Atenea, sabes que eres la diosa de la sabiduría pero te invocan también en la guerra? (pausa y camina mirando la píblico ) ¿Acaso nada de lo que digo es real? (Desesperado) ¿Cómo van a olvidarnos los hombres si somos tan reales como ellos? (Cada vez más desesperado) ¿No he enviado mensajes tan ágil como el viento e introducido sueños que predecían batallas? (Con voz muy fuerte y decidida) ¿Y ahora inmortales se vuelven ustedes miedosos porque un puñado de hombres en una academia niegan su existencia? ¡¡Por favor!! ¿Quién mandó la peste a los ejércitos argivos? ¿Quién derrotó a Argos? ¿Quién al minotauro? ¿Quiénes enfurecido agitó las olas desviando el curso de la nave de Ulises, el de multiforme ingenio? ¿QUiénes? (Separando las sílabas de la siguiente expresión) Los dio-ses. Los dio-ses. (Pausa y suspiro) Por eso, antes de que despierten mis hermanos, quiero advertirles que están un poco nerviosos. Probablemente les cuenten cosas...cosas desconocidas. Pero alguien tiene que decirlas. Porque deben saber que somos tan reales como el talón de Aquiles...como la magnífica manta que tejió Aracne....como...como los celos de Hera....como la barba del río Tíber....como la caja de Pandora, como los rayos fabricados por Hefesto. (Pausa y breve éxtasis de Hermes) Queridos amigos, aquí están, los inmortales, los que no conocen el frío ni el dolor, ni la enfermedad, ni la muerte. Van a contarles parte de sus vidas, que los poetas no han cantado pues no son dignos de epopeyas. Pero sí dignos de un breve drama, que al modo de las historias que se narran al calor de un fuego acogedor (pausa) nunca se olvidan. Con ustedes...¡Los inmortales! PD: Chesterton explica en este ensayo que el término 'vulgaridad' se aplica por no haber otro para designar aquello que es la vulgaridad y se ha recurrido a la palabra latina que en realidad designa otra cosa.
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Mara Vallejo D.-
Trató será, leerte, amiga
Maria
Mercedes
Enrique Gonzlez Matas
ME HA GUSTADO MUCHO, MERCEDES, TE ENVÍO UN GRAN ABRAZO AMIGO.
Mercedes