Y sí; de repente aparece la HEMBRA, la LOBA, la mujer de FUEGO, o la incandescente e inagotable mujer despojada de todo pudor represivo. Solo palpita; vive; entrega, produce y complementa. ¡Y sí!: es la sorpresa que envuelve ese mundo de placer de aureolas rojas, reventando toda nube de deseos. El día y la noche, comienza y termina en ese lecho, esperando ser capturada, mirada, amada, y ser atrapada en la carne, en el alma, en su palabra, en sus gemidos y en todo el movimiento de esa hondura que espera, goza, y entra en esa anarquía sin límites. Pero también… ella: la loba; la hembra, tiene su derecho a poseer, dominar a su amante y no solo esperar ser capturada desde su cintura. Los cuerpos entregados; fundidos; encendidos, dejan toda razón, para el después ofrecerla a la nada. ¡Que importa el después de haber vivido esos momentos!.... ¡Nada importa! ¡Nada!... hasta que la Loba decida retirarse y perderse nuevamente en la brumas del bosque
Felicitaciones Mujer del Mar

TEMIBLE Y ATRACTIVA MUJER LOBA EN LA LUCHA DEL AMOR.
MUY CONSEGUIDA TU POESÍA .
TE FELICITO CON MI ABRAZO.

Sabes cuando sacar tus garras en la estepa o al vuelo,
sabes cuando tienes que amar como loba en celo;
Sabes cuando debes descansar cuando el viento acaba
y en lo alto las hojas se quedan durmiendo.

Apasionado escrito; muy sutil por cierto. Bendiciones para ti.