Siento tu amor verterse en el solano
sobre las piedras taciturnas y huecas.
Mi corazón se ciñe a mi memoria
y recuerdo tu eventual melena suavizada.
Es duro estár entre lo pétreo
y titánicas corolas asustadas.
Aquí entre estas cimas inquietantes,
farallón del viento que se quiebra
me siento a pensar en tu amada efervescencia.
Eres un tifón en miniatura:
Una muchacha madurada de formas fascinantes.
La luz relumbra en tu cintura pálida
donde bruño mis ojos con asombro.
Recuerdo que recorríamos ríos y meandros
y me dabas tus besos anisados.
Perdida entre afanes y proyectos
las horas se te van como arenales
arojados al mar por la ventisca.
A veces te pierdes en memorandos y tratados
y en tu mente hay abundancia de trabajos.
Bajo la luz eléctrica te alternas
estallando como risas en mareas.
Te propongo que volvamos en renuevo:
Que declaremos una vida devota:
Que olvidémos los errores y las nóminas
y los terribles pagaré quincenales.
Que vivamos entre póstigos y besos
en una playa construída para dos.
En la espuma que tanto te obsesiona
y cancioneros del todo umbilicales
mientras el mar entero nos consume
y nos amamos hasta petrificarnos.