Doris Lessing, nació (1919-2007) en Irán. Escritora, ensayista e intelectual británica , ganadora del Premio Nobel de Literatura en el 2007. Lessing fue el icono de las causas marxistas, anticolonialistas, antisegrecionistas y feministas.
Es una escritora que ha sabido plasmar buena parte de su experiencia autobiográfica africana en su obra. Desde su primera publicación Canta la hierba publicada en 1950, y en gran parte de su obra posterior, la cual está impregnada por la esencia del continente africano donde pasó parte de su vida.
Vivió hasta los 30 años en África porque su familia , atraída por las promesas de hacer fortuna allí, se dedicaba al cultivo del maíz , tabaco y cereales. Luego se trasladó a Rodesia del Sur y Zimbabwe.
Descubrió desde su juventud el discrimen racial y escapo del autoritarismo de su madre y de su tutela.
Abandonó sus estudios a los trece años y luego prosiguió estudios de manera autodidacta.
Se independizó a los 15 años y comenzó a publicar cuentos en revistas sudafricanas . A los 31 años se fue a Londres, con su tercer hijo dejando atrás dos matrimonios para empezar su carrera como escritora con Canta la hierba .
Lessing como antes refería , su obra es más bien una experiencia autobiográfica, se inspira en sus vivencias y en recuerdos de su infancia, en sus desengaños además en sociales y políticos .
Los temas de sus novelas se centran en los conflictos culturales, las evidentes injusticias de la desigualdad racial, la contradicción entre la conciencia individual y el bien común
En 1962 Lessing publicó su novela que le ha distinguido y le ha otorgado fama internacional, The Golden notebook ( El cuaderno dorado). Su obra cumbre en la literatura feminista y de la narrativa fragmentaria postmoderna.
Luego publicó otros títulos de temática africana. Su compromiso político le llevó a criticar abiertamente a los gobiernos racistas de Rodhesia ( actual Zimbabue) y Sudáfrica, con lo cual provocó que aquellos gobiernos le impidieran la entrada a sus países . Su última obra publicada fue The Cleft ( la hendidura).
Lessing nos ha dejado un testimonio inexorable. Fue una de las autoras que más se comprometió con las diferencias socialmente aceptadas entre hombres y mujeres, y que lucho por la igualdad de oportunidades.
Sin lugar a dudas, Doris Lessing fue una verdadera feminista: en cuanto a que no necesitó desnudarse o ponerse tacones para reivindicar su existencia; que uso la palabra como muchos hombres hubiesen deseado hacerlo y estuvo dispuesta a jugarse por lo único que verdaderamente le importaba, la escritura. Esa herramienta que la conectaba con el mundo y con la naturaleza. No obstante, el término feminista nunca me ha gustado y no lo usaré ahora tampoco.
Lessing señalaba con respecto a la escritura lo siguiente: “Cada vez estoy más convencida de que para escribir bien hay que haber amado mucho y sufrido en igual medida, o a veces más. Y, posiblemente, sea necesario que ese amor y ese sufrimiento estén enlazados con nuestros primeros aullidos, nuestros primeras experiencias de vida: muchas que ni siquiera somos capaces de recordar de forma racional.” Puedo intuir entonces que Lessing amó y sufrió muchísimo.
Si fuesemos a definir lo que su obra implica, podría decir, que nos obliga a mirar el mundo con madurez, con decencia. Lessing no nos permite quedarnos al margen, sino que nos lleva por un camino sin retorno en el que todo puede ser enjuiciado y puesto en entredicho.
Sin lugar a dudas la buena literatura necesita más personas como ella: capaces de jugarse el todo por el todo, de poner en duda todo lo que venimos repitiendo desde hace siglos y que se ha sistematizado a niveles casi inconscientes. Lessing nos lleva a replantearnos toda nuestra vida, a ponerla patas arriba y preguntarnos ¿Qué es lo que realmente estamos haciendo y por qué?: ahí reside su mayor maestría, que vale más que cualquier tratado de retórica, porque no enseña a vivir. Y cuando la literatura consigue eso, se vuelve necesaria y sublime.