Este irónico país nació como el último sueño libertario de Simón Bolívar, heredando su nombre. Es el corazón de Latinoamérica en más de un sentido, ya que presenta un resumen de las ironías de sus pueblos. Por ejemplo, tuvimos un dictador llamado Mariano Melgarejo. Delegados de Brazil le regalaron una vez un caballo. Muy agradecido les dijo "Y yo les regalo esto!", y puso una mano en el mapa. Luego de fusilar a su camisa públicamente, bajo el grito de "CONFIANZA NI EN LA CAMISA!", decidió enviar tropas a Francia para ayudarlos en la guerra contra Prusia. Su siguiente al mando le dijo que les tomaría demasiado tiempo para llegar, a lo cuál Mariano alegó "¡No sea tonto! ¡Tomaremos un atajo!". 
El siguiente es lo que ocurrió según el extracto de Wikipedia:
"Cegado por el enojo, Melgarejo dispuso reunir una tropa de 3,000 hombres para embarcarse hacia Europa y "socorrer a Francia". Llegado a Oruro, sufrió una fractura del pie que lo detuvo por un mes, y allí planeó cruzar las selvas amazónicas del Brasil para llegar al Océano Atlántico y alcanzar Europa. Reiniciada su marcha, Melgarejo tuvo noticias que Francia había ya capitulado ante Prusia pero se negó a creer tales eventos. A mediados de noviembre se le informó que Gran Bretaña expulsaba a los bolivianos residentes en suelo británico y se negaba a reconocer la existencia de Bolivia, en represalia porque Melgarejo había expulsado al embajador británico tras darle una golpiza, mientras que la ciudad de Potosí se sublevaba contra el gobierno."
La verdad, es que sin tanta ironía, este país no sería lo que es.
Ante esa extraña, graciosa, irresponsable y estúpida mente, el país vivió tal vez su época más extraña.
Le regaló Mariano a los chilenos terrenos antes de irse, y de paso, luego de escapar de Bolivia cuando lo derrocaron, lo mató su cuñado frente a la casa de su ex, luego de que ella no lo dejara entrar por varios días.
Los presidentes que le siguieron provocaron mediante sus políticas la invasión de Chile a costas Bolivianas que causaran la Guerra del Pacífico. Cuando invadieron Antofagasta no encontraron resistencia alguna, ya que aproximadamente de sus habitantes 600 eran bolivianos, 400 de otras nacionalidades... y 5000 eran chilenos. Los aceptaron con los brazos abiertos.
Durante la guerra, el ejército boliviano llevó un contingente de miles de soldados a través del desierto más árido del mundo... con vino en vez de agua en las cantimploras ("No se evapora en vino!", alegaban). Murieron cientos.
En otra avanzada, se perdieron junto al presidente en el desierto... y cuando apareció un par de semanas después en la ciudad de Oruro, se enteró que le hicieron golpe de estado.
Entre otras ironías, cabe recordar que se tuvo 86 gobiernos en total durante 190 años de vida republicana. Eso es un promedio de 2.21 años por gobierno. Yo nací el 86', lo cuál me permitió ver poco más de 10 gobiernos constitucionales, o algo de un gobierno nuevo cada 3 años. ¡Vamos mejorando!
Lo historia en relación a cómo se trató a los indígenas de la región, podría considerarse un resumen de Latinoamérica. En un caso, se les prometió, durante una guerra civil para cambiar de capital, que recibirían un departamento propio, donde podrían hablar y enseñar en quechua sin ninguna intervención del estado, donde tendrían su propia universidad, su propia justicia y un gobierno autónomo al central... y de paso convertir al país al federalismo. Cuando ganaron la guerra, los nuevos capitalinos, emboscaron y mataron a los líderes indígenas, y de paso no hicieron al país federal. Yey.
Al día de hoy, se puede decir que Bolivia sigue en ese rumbo. Siendo el corazón de Sudamérica, se proclama socialista, teniendo el mayor crecimiento económico de su historia (métrica usada por los capitalistas). Tiene un presidente indígena que apellida "Morales", apellido dejado por españoles. La gente pobre es más gorda que la gente rica, ya que no se puede sufrir de tanta hambre en el país de la papa, y de paso los gimnasios son caros. Siempre que estuvo por ganar una guerra se rindió. Un cuarto de su población vive en otros países. Los departamentos "autonomistas" no le quieren dar autonomía a sus provincias. La gente más racista que conocí son migrantes que hablan contra su propia gente. Tuvimos un presidente que apenas hablaba español, ya que era gringo. Reelegimos a un ex-dictador democráticamente, que tuvo el cinismo de presentarse a comicios. Etc... Etc... etc...
La verdad, es que si este país no tuviera estas ironías de por medio, no podría llamarse Bolivia.