La canción de emily
Cuando recuerdes...me habrás olvidado.
Y uno se da cuenta que llego el día cuando ve marcharse la noche.
Trágico.  Nunca comienzas sin antes haber terminado.
Lo siento mama, las cosas no salieron como esperabas. Nada de esto es tu culpa.
Y ahora escribo.
Aun discrepo acerca de los resortes que cuelgan de tu cabeza, parecen cabellos torcidos. 
Me encantan.
Y nunca supiste que era yo. Y yo nunca supe que eras tu.
Y ahora, aun escribo.  Nadie me entiende.
Diciembre se parece tanto a enero. Así como el encuentro y la despedida. Tanto en común. Admiro las complicidades.
Emily, dibujas sonrisas en las ventanas empapadas. Es un arte hacer de lo simple algo especial.
 Por favor mama, el tiempo es remoto. Lo siento.
Y lo sueños, sueños son.
Deambulo en las mil necesidades y hambres de mi ser. Descompaginadas son mis cronicas.
Cronológicamente me hallo, a pasos de ti.
A un dedo de distancia.
Y aun te escribo, emily, irónicas letras color fantasía.
Y aun duele.
Amotinados en reserva, son mis sentimientos amargos, así como los chocolates que tanto te gustan.
Tal escribano dijo alguna vez.
Si te lo digo quizás no me entiendas, por eso es que te lo escribo. Ese escribano era yo.
Como han pasado los años.
Resulta que ahora prefieres rosas por escrito. Y ahora lo entiendo.
Oh emily, cuanta falta me haces.
 Los días son más largos y nuestras citas mas cortas.
Aquí las esperanzas se venden. Yo compre varias, por si acaso. Pero aun así, las cuido para no perderlas.
Mamá no estaría de acuerdo conmigo. Me diría como siempre, cada que suspiro, ¿porque estas triste? 
Y yo le diría, no mama, solo tengo sueño. Era bueno mintiendo. Ahora no.
No mama, estoy triste, tienes razón, siempre la tuviste. Siempre estoy triste, como si me faltara algo.
Y ahora, te escribo, como siempre. Para liberarme, de a poco, de tu  ausencia omnipresente.
 
 
Fild