Cupido
Publicado en Dec 25, 2015
Cupido
Del arquero flechador somos, Juguetes de su empuje. Sus teas encendidas en mi pecho, hacen fuerzas en el inicio de la noche en su larga carrera. Arrecian deseadas auras con repercusión en el beso, tus ojos, patria de los hechizos, brillan por su ardor acalorados en dulces fantasías, mientras los dones de Baco nos preparan para el convite. ¡Oh hija de una diosa! En pura ofrenda, abundosa en los dones, el néctar puro de tus manjares están dispuestos, entre sábana blancas en los campos de Saturno, se preparan para la guerra, suavemente te quitas los apretados cordeles y corre el espumoso río, se derrama furioso; con su heredado brío rompe los diques de los viejos preceptos. Estas armas mueven guerra. Acosado por la tempestad de tus ojos y por el estrago de tus labios rojos. Entre mil rápidos besos preso soy entre los fuegos de Troya, mi pecho de estirpe troyana arde mirándola. ¡Oh fuegos eternos! Rechinan como hierro las puertas de mi pecho, como apretada traba, y embisten como turba los sentimientos. ¡Ábranse puertas! Que aquellas grandes dádivas desde los licores de Baco nos infunde el culto al fuego de la pasión. Encontrados nuestros cuerpos no de otra suerte se iluminan en la noche con los resplandores del incendio. Inyectada la sangre en el espumoso vino, encendidos los ojos, erguidos los pechos se amarran, aún más con ceñido nudo y se elevan a los astros ornando la noche. Desde las llamas de Cupido, cincelando la noche de las grandes hazañas para que luego celebre la memoria. Era la mañana fresca y verde, y la hija de una diosa recoge la aurora.
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Enrique Gonzlez Matas
ENHORABUENA Y MUCHAS FELICIDADES PARA ESTAS FIESTAS.
gonza pedro miguel