Esa tarde fue distinto
Publicado en Jan 04, 2016
Borracho el padre llegaba todas las tardes, después que entraba en su casa, se sentían gritos, golpes, platos rotos, siempre lo mismo. Al amanecer la madre de mi amigo, mostraba las huellas en su rostro y en los ojos de él, se teñia la impotencia. Pasaron los años, y esa tarde el ritual comenzó, pero luego se escuchó el grito de una voz pastosa. Al día siguiente, el rostro de la madre relucía, el padre se quedó en casa y cuando me encontré con mi amigo, pude ver en sus ojos la satisfacción.
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