Las personas se han olvidado de lo más importante, de prestarle atención a la respiración, de poner en practica la meditación, aprender a callar la mente o sacar cualquier tiempo de pocos minutos para reflexionar, al compartir con los demás, a interactuar con el medio ambiente, al cuidado de los recursos y regalos de nuestra madre tierra.
Solo nos preocupamos por cosas superficiales, y todos parecen estar en una carrera individual, gastando nuestra energía innecesariamente en busca de metas falsas impuestas por un sistema esclavizante que aparentemente nos brinda “todo” y a la vez nada. Resultamos encaminados en un sendero de ilusiones, y gastamos nuestra energía mediante la obtención de placeres mundanos, pero, ¿hacia dónde se va esa energía?, ¿Quién se alimenta de nuestras desgracias? ¿Qué logran llenando las mentes de personas inocentes de mentiras y engaños? Sin embargo, nosotros como seres con habilidades inimaginables, con la capacidad de entendimiento de la dualidad y el equilibrio de este, podemos librarnos de las cadenas a las que nos hemos aferrado por bastante tiempo, gracias a un enceguecimiento brutal, en algunos casos causado por semejantes, como las personas que poseen gran parte de los recursos y esclavizan a las demás haciéndoles creer que hay escases; o peor aún, causado por inteligencias de frecuencias y vibraciones inferiores pero un conocimiento de la oscuridad y la maldad mucho mayor, somos consumidos, utilizados y desechados por estos como si fuéramos algún tipo de fuente de energía y emociones negativas, robándonos hasta la última gota de luz de nuestro ser inmaterial que brilla como un sol.
Pareciera que no hubiera escapatoria, pero no todo es oscuridad, y la luz está presente, y el amor brota con cada aliento de la naturaleza, con cada acto de bondad, solo que los malos hechos resaltan más.