Fueron pocas veces pero, pero fue algo eterno y efímero a la vez. Es que no puedo explicar con palabras las sensaciones que me hiciste sentir, es que no lo puedo explicar, pero tratare.
Me hiciste adicto a ti, lo único que hacía en el día era pensarte, pensaba en tu cabello negro como la noche, pensaba en tus ojos cafecitos y en ocasiones color miel, me encantabas sin decir una palabra. Quería aprender a caminar por cada curva de tu cuerpo, aprenderme cada poro, recorrer tus labios una y otra vez, sentir tus manos junto a las mías, quería entregarme a ti ciegamente, tu voz hacia cantar mi corazón, hermosa y sencilla, la flor más bella del jardín, me hacías muy feliz, todo parecía desaparecer cuando estabas conmigo, en alguna parte de mi cuerpo habito tu olor, y en mi corazón habitaras siempre, mis ojos eran para ti, mis palabras y mis manos, yo era para ti, en mi mente yacías tú,  ya no me importa si yo era el único capaz de sentir entre los dos, tu niña, solo tú. Me has curado de una maldición, con tu aliento disipabas la oscuridad, tu hermosa, cada beso cada caricia, estas inmortalizada en mis pensamientos, yo capaz de moldearme a ti, no hubiera nunca querido que terminara todo, quería que eso durara para siempre, mis dedos extrañan acariciar tu cintura, mis ojos anhelan volver a tenerte frente a ellos, como mi nariz extraña oler tu cuello, como mi mente no te olvida, como mis labios quieren saber a ti, déjame soñar contigo, es lo único que me queda, tus recuerdos.