En la cama
Publicado en Feb 29, 2016
Ella seguía dormida. Yo no podía dejar de imaginarla, tranquila, soñando quizá o plenamente inconsciente, incapaz de recordar nada. Era bella, tanto ,que no bastaban las palabras para arrancar un ápice de su blancura, de aquella piel suave en comunión con la almohada. Lo más cerca de colapsarse balbuceaban mis ahogados susurros , al borde de abrazarla sin final, hallando una forma exacta de abordarla sin interrumpir el vaivén acompasado de su pecho. Ahora arriba ahora abajo, midiendo el tiempo por cada segundo que mis ojos evitaban decir adiós.
Hubo un instante en que se arrebujó en las sábanas y yo temiendo su reacción fingí dormir, creyendo más sensato no delatarme.Había tomado el relevo de mis huidizas intenciones, pero me esforcé en mostrarme ido, bajo el inoportuno efecto de la aurora ,que asomaba indecisa.No abrí los ojos. Ella entonces acarició mis labios. No me contuve. Sonreí. De repente dejé de notar sus dedos , y me sobresalté. Ella seguía dormida, o eso se desprendía de la posición en que su mano quedó sobre el colchón. No volví a echar el cerrojo a mis párpados, pues las ojeras juzgarían mi felicidad al día siguiente.
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Mara Vallejo D.-
grato leerte.
saludos