.-Era la quinta vez que repetía la canción su reproductor, El cual previamente había programado como recursiva, aquel tema aún no había logrado saturarle y  le otorgaba todavía un  gran placer escucharlo. Tantas composiciones que  había escuchado  con antelación y hasta la saciedad que le habían terminado cansando, pero aquella canción no lograba aun ese efecto.
Sentado sobre un sillón felpudo y rellano, contemplaba la bahía en aquel atardecer, ya había vivido tantos atardeceres, pero aún seguía envuelto en la metáfora poética de aquella arrebolada visión.
Los últimos veleros se perdían en el horizonte marítimo, y las farolas de las calles empezaban a alumbrar todos los rincones y los cerros de  Valparaiso.  Los Buenas noche don Gustavo se hacían oir a medida que los huéspedes de aquella casa de acogida se marchaban hacia sus respectivos aposentos;  “Buenas noches Gustavo”, alcanzo a escuchar la voz de Iris, una anciana ya de sesenta y ocho años, que  mantenía su prestancia, y aunque ya con muchas arrugas, se adivinaba en ella una juventud señorial y de un atractivo rostro, acompañada  además de una figura esbelta que lucía en suma delgadez.  Durante los tantos  años de permanencia en aquel lugar, habían logrado cultivar  una linda amistad basada totalmente en la compañía mutua, ya que ha ambos los visitaban muy poco.
Para Gustavo aquel dia era muy especial, era un sábado cinco de mayo y  a las veintiuna horas, conmemoraba el septuagésimo aniversario de aquel beso que ardió y se hizo eterno en sus labios, y aunque había llegado a besar a otros labios, nunca logro apagar la pasión que aquel ósculo encendió en su alma.
Eran unos adolescentes que eran llevados casi por la fuerza  por sus padres a la iglesia los días domingos, a la escuela dominical de mañana, y al culto de adoración en las tardes.  Entre todos los feligreses que atiborraban el templo, sus miradas se buscaban, y se regalaban una sonrisa no exenta de inocencia.
.-Una tarde en un evento especial en la parroquia, donde había comestibles y bebestibles, coincidieron en el mesón donde se repartían los platos a los comensales;  se miraron y se saludaron casi con vergüenza y timidez y hasta podría llamarse candidez. Se ubicaron uno al lado del otro en la gran mesa y conversaron largamente bajo la atenta mirada de los padres de ella, y la plena ignorancia de los padres de él. Al cabo de un rato los padres de Gabriela, que era como ella se llamaba, por no recogerla en casa tan temprano, la dejaron a cargo de unas tías, que ya conocían la atracción que ambos jóvenes se profesaban.  Ya sin nadie que pudiera interrumpir su coloquio, caminaron hasta el jardín amplio de la iglesia y se sentaron en un escaño, se miraron a los ojos, justo en el momento que el bajaba la vista para ver la hora en su reloj análogo, este marcaba las veintiuna horas, se besaron y dieron inicio a una relación tan sólida que a pesar de los sesenta años de aquellos acontecimientos,  aun el recordaba como si fuera ayer.
.-Cuando los progenitores de Gabriela se enteraron, fueron a la casa de la tías para recriminarlas por los acontecimientos tan mundanos en que su sagrada hija se involucró... ¿cómo aquella niña tan devota y respetable podría haber dado aquel espectáculo ante toda la membresía de la iglesia?... ¿en que estaban pensando que la dejaron que su niña ensuciara su reputación con ese joven de aspecto pecaminoso?....ya escucharía él lo que ella tenía que decirle.
.-Las cosas se dieron mala para aquel amor, apenas podían verse en sus salidas al colegio, de vez en cuando ambos no asistían a clase, y se iban por ahí a algún lugar que suponían privado. La privación y la desconfianza de la madre de esta, dio cabida a que ellos afianzaran su relación, y se entregaran por primera vez en cuerpo y alma, con la pureza de dos jóvenes que se amaban ya hasta el pecado.
.-Por esa cosa del destino y por qué no decirlo de la irresponsabilidad, Gabriela cayo en estado de ingravidez y no se atrevió decírselo a Gustavo , y la madre de ella  apenas  pudo con vergüenza y convenció a su marido para hacer un largo viaje a otro país a residir, sin que nadie se enterara de la noticia.
A muy pesar de Gabriela la familia se mudó a la Argentina, mientras Gustavo en Chile no podía soportar la falta que le hacia el amor de su amada, él nunca supo lo del estado de ella, porque nadie quiso comunicárselo.
.-El tiempo paso,  el conformo con los años una familia, y supo que ella también se había casado allá allende los andes.
A los años el matrimonio de el fracaso, y ambos decidieron separarse, las chicas ya estaban grandes, y era mejor así.
Gustavo nunca se revindico con el amor, y se dio a vivir para siempre su soltería pero aun pensando en el amor de toda su vida.
Hoy ya se cumplen sesenta años de ese beso, y la canción sigue sonando y diciendo así:
“Un año más que te sigo teniendo en mi mente,
Un año más que no puedo mirarte frente a frente,
Un años más si parece que el tiempo no corre,
Y por mas años que tenga la vida,
Siempre habrá entre los dos un año más…..”
Subio a su cuarto, ya habia conmemorado y se durmió, dejando caer una lagrima, una lagrima de felicidad.
 
FIN....