Entre mi frente y mi pecho
hay turbios corredores que desando.
Siempre hay una lanceta fría
y una fija tea que me cierran el paso.
Me encierro en los pliegues de mis miedos.
Soy incapaz de descender de las ideas
a buscar un sentimiento que yo intuyo.
Pensamientos y alma: Inconexos
Graderías dislocadas e intocables.
Huyo de mi mismo y de mis desamores
que tanto tormento y dolor me trajeron.
Voy al mundo en trance del sigilo
lugar donde indago mis escapes
alta azotea donde arrecia la luna.
Allí reinvento mis sornas superiores
y me evado de todas las tristezas..
Sería bueno no buscar a Dulcinea
que quizá se despeñó como Alfonsina.
Ni buscar a Maritza en los estanques
y huir de los otoños de Florinda.
Desaparecer los espacios del amor.
Sería bueno para mi alma complicada
vivir al raso entre mis amadas páginas.
Sólo beber de ríos amistosos
que fluyen sin prestancia ni embeleso.
Permanecer en las cimas sudorosas:
Sólo permanecer, sin añorar a nadie.
Moverse trémolo entre las hojas semiescritas
rellenando garabatos imperiales.
Tener la virginidad veraz de Borges
y existir en un puñado de sílabas.
No reflejarse en rostros transmarinos
ser sólo promontorio o soliloquio.
Vivir ajustado a los apuntes
y ser solo inhalación o exhalación.
Habitar en cubetas de acertijos
o ser un parco crucigrama solitario
y esconderse de los números confesos.
Sería bueno para mi alma sufrida
no enamorarse, como lo hacen las piedras.
Ser a la vez vaho y desierto
o derramarse como llúvia ácida
que quema carátulas y niños.
La verdad todo amor trae laceraciones
que no estoy ya dispuesto a sufrir o tolerar.