SEXUALIDAD
Publicado en Apr 25, 2016
" – ¿Qué es lo que más te gusta del cuerpo de una mujer? –otras preguntaron con sus ojos coquetones.
–La verdad, me fascinan los senos –contestaba yo, pensando en las de una “encueratriz” que luego sería la esposa de un presidente de la Nación. –Eso sí es verdad –confirmaron algunas que con gusto me las ofrecían y me decían–: Te pegas a ellas como si tu mamá no te hubiera dado leche de chiquito.” “Mi flecha erguida atravesó tu color rosa, asomado en el centro donde se abrían tus piernas." Algunas amigas me han dicho que se han sonrojado cuando han leído en mis libros este tipo de diálogos y versos. Por eso me han comentado que no soy diplomático porque voy directo al punto. Entonces yo les he contestado que escribo, muchas veces, de acuerdo a las experiencias que he tenido y, en cuanto, a los poemas con temas sexuales, en mi opinión, yo los considero eróticos y no pornográficos. Pero, les aclaro que no intento herir sus sentimientos como, supuestamente, lo hacen las madres que les dan chi… -mejor, escribo- pecho en lugares públicos a sus bebés que junto con ellas las quieren mandar al baño, como si estuvieran haciendo algo ilícito, esos hombres que consideran asqueroso lo más natural y saludable de la sobrevivencia humana. Sin embargo, están de acuerdo con los escotes, por ser sexis, los cuales, según en mi opinión, despiertan a ese sentimiento lobezno, que todo hombre tiene y quiere comerse a caperucita, de lo contrario, el que diga que no, que dé un paso hacia atrás, porque, de seguro habrá un gran porcentaje que muestren sus colmillos que muchas mujeres –aunque no lo reconozcan- quieren que les desate su capa para que una flecha erguida, atraviese ese color rosa, asomado en el centro donde se abren las piernas que se cerrarán cuando vaya despertando en ellas, no sólo lo sonrojado en sus caras, sino el deseo pornográfico que, algunas esconden y otras muestran en los versos de un poema con el cual hasta los actores de la industria pornográfica pueden inspirarse, haciendo ganancias millonarias con esas fantasías que, muchos de nosotros no nos atrevemos hacer en nuestros cuartos por todos los tabús que hemos heredado, los cuales nos han frustrado todos esos deseos sexuales, supuestamente, prohibidos, que, en mi opinión, antes de hacerlos, cada uno de la pareja deben de estar de acuerdo con el dedito hacia arriba, que por cierto, a muchos hombres no les gusta que le busque el punto “G”, así como a muchas mujeres les gusta que, empezando el acto sexual, los hombres las traten como ellas los tratan, es decir, con cariño…Así que con caricia o mimo, sin o con “flecha erguida” a disfrutar como ustedes prefieran su sexualidad, sin tener la preocupación que esas personas de doble moral los envíen al baño, que yo seguiré escribiendo diálogos y poemas con temas sexuales, sin tener la intención de herir sentimientos…
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Elvia Gonzalez