y tras el malecón deteriorado,
te escribo.
el Tajamar improviso,
que por inutil no huye,
ya no resiste.
La piel, se me agrieta
respirando el aire que de a poco,
me ignora.
Hecho un ojo, solo uno, al oleaje,
y veo que éste acumula flema verde en su garganta.
Asqueo.
Taita insensible, como buen ateo,
rezo.
y no cesan las embestidas, ni los aluviones.
llegan amasando ira, las olas semideformes,
como si por encargo, pago adelantado,
quisieran matarme.
pero tampoco lo hacen. 
tras el malecon, te escribo,
casi borroso, que aun vivo.
que, el oleaje, solo a amoratado mi ánimo,
que el cincho, aun aprieta lo que puede,
y me sostiene.
que la cruceta, se pinta lindo, lindo y
gloriosa.
que la brisa es ambigua, y no tira pa` nadie.
que la arena , es su marioneta, que aparenta no ver el desastre.
ni a mi.
 
¿hay alquien ahi? escribo. 
por si acaso.
¿estas ahi? escribo,
por si eres tu. 
el tajamar, como queriendo meter su mano,
urgando sus entrañas, usmea en cada oleaje.
me defiende. aun.
 
¿que hago yo aqui, escribiendote? te escribo.
si yo no estuviera aqui, el malecon, no sufriría. 
y el tajamar no lucharía.
en la guerra, no se pueden evitar las bajas civiles, 
y más, cuando el que pelea, es el que sobrevive. 
 
no es justo. ya nada lo es.
 
 
                     fild