Homenaje a Don Pascual
Publicado en Jun 12, 2016
Hoy es un día importante para mí. Estoy subiendo al primer piso, para juntarnos, dentro de media hora, con todos los compañeros de las otras ramas. El paro tuvo un amplio grado de acatamiento, fue un éxito total. No entiendo como nadie, antes, se había animado en realizar una huelga general. Paramos todos juntos, sincronizados al mejor estilo suizo.
Para mí, es un orgullo haber llevado está lucha, hasta las últimas consecuencias. Es hora de demostrar lo que pensamos. Nuestro trabajo es de esclavos, no descansamos nunca, nosotros trabajamos de 7 x 24. Nunca hacemos un paréntesis para descansar. En mi caso, creo que necesito jubilarme, ya perdí la noción del tiempo, pero creo que hace más de 50 años que hago siempre lo mismo. Pertenecemos a un engranaje perfecto, que gira con una precisión exacta. Pero estamos cansados, hay dos bandos en el gremio. Las agujas horarias que nos tratan con desprecio, nos apodan, cabecitas negras a las agujas minuteras. Las agujas horarias sostienen que un reloj sin aguja minutera podría seguir funcionando, pero no lo podría lograr si falta la aguja horaria. En nuestro gremio, el sector más olvidado son las agujas segunderas, a las que nadie les presta atención y son las que acarrean el mayor trabajo. A la reunión de deliberación estarán presentes, la columna de los viejos relojes cucú y el reloj de campanilla. La reunión es para convencer a los jóvenes relojes digitales que se adhieran a nuestra lucha de manera de formar un grupo compacto frente a la injusticia de las agujas horarias. Pregonaremos el principio de igualdad, sosteniendo que un reloj es la conjunción armónica de una aguja horaria con la de una aguja minutera y segundera. A los jóvenes relojes digitales les contaré la historia del relojero Don Pascual. Que Dios lo tenga en la gloria. Don Pascual con sus mágicas manos, arreglaba un reloj, lo dejaba perfectamente sincronizado. Se lo devolvía al cliente, con todas las piezas y decía: “las agujas estaban imantadas, no se han llevao bien. Ya fue arreglao” Efectivamente todo reloj que pasaba por las manos de Don Pascual moría de viejo. Don Pascual se llevó el secreto a la tumba de cómo lograba conciliar a la aguja grande con la pequeña. Nuestra lucha sindical viene de un pasado nefasto. La aguja, la horaria ha perseguido a la aguja minutera. Amén que las agujas horarias son todas iguales, muy soberbias, todas se creen superiores. En fin, mis nietos, los digitales, han superado estas reyertas del pasado. Los veo más felices, espero, en un futuro, que corran mejor suerte.
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Manuel GT
Diana Decunto
Hace un año, que viajé a España a conocerla. De ahi las ganas de impriimiir mis emociones me acercó a textale.
Ojala el reloj de Don Pascual,algún día, marquen las agujas, la oportunidad de volver a verla.
Saludos.