¿Y qué pasa si sumamos factores? (Reflexiones)
Publicado en Jun 15, 2016
Toda suma de factores altera visiblemente un producto. La suma de los factores pueden ser de carácter positivo, de carácter neutro o de carácter negativo. ¿Qué está sucediendo en la política española cuando sólo faltan 11 días para que se repitan las elecciones generales del pasado diciembre? Lo que está sucediendo es que todos siguen queriendo quedarse con la mayor parte del goloso "pastel". Nadie quiere las migajas. Todos están empeñados en comerse la mayor parte posible. Y como todos ansían las mejores partes de este "pastel" llamado PODER, todos andan alterados buscando formar alianzas a como mejor dé lugar; o sea, a sumar factores. Pero son tan necios nuestros actuales políticos que no se han detenido (alguno debería haber sido detenido ya por cierto) a pensar (si es que acaso están pensando algo más que apoderarse de todo lo que puedan) que los factores que pueden sumar para alcanzar sus "gustosos" deseos y sus "sabrosas" ganancias no les va a resultar, casi en ningún caso salvo que se produzca "el milagro de la transformación" (que no se va a producir por supuesto) positivo; porque ya no les importa aliarse con neutros y hasta con negativos.
Sumemos factores sea como sea y que luego "salga el sol por donde pueda" o "el que venga detrás que arree". Eso es lo que están pensando todos, absolutamente todos, los que se presentan de nuevo a unas elecciones generales que están ya siendo la rechifla nacional, la risión europea y hasta el cachondeo mundial. Yo creo que este año vamos a batir el récord de turistas (que buena falta hace para encontrar algún que otro precario y temporal empleo de venderdor de helados o repartidores de cocacolas por las playas aunque luego el paro siga subiendo y batiendo los récords nunca jamás vistos en nuestro suelo patrio) solamente porque desde todas las partes del mundo están deseando venir hombres y mujeres para ver "in situ" (o sea, con sus propios ojos) esta calamitosa comedia de comediantes o rechifla sin adjetivo posible para descubrir que sí, que es verdad que está sucediendo. El morbo puede ser lo que nos salve este verano con la llegada de oleadas de millones de turistas que quieren hacerse una fotografía con los dos leones de las bolas (ustedes ya me entienden) sólo para decir a sus familiares, amigos y vecinos, que sí, que es verdad que estuvieron en una España de pandereta, pandero y "monos" titiriteros (¡qué monos son todos los aspirantes!) haciendo el mayor de los ridículos históricos que se han conocido en tiempos de paz. Quizás es que a los políticos españoles no les gusta eso exactamente. Quizás es que les desagrada la paz porque se aburren matando "moscas" en sus despachos privados y, claro está, hay que seguir siendo tan jocosos como para entrar en el Libro Guinnes de los Récords (que también lo están consiguiendo) para pasar al futuro de nuestra Historia Nacional como los "héroes" de la jarana, el jaleo, los tarantos y las tarantelas. La España de la bata de cola y la pandereta ha sido ya superada. Ahora los muchísimos millones de turistas que nos van a visitar entre julio y octubre es porque desean contemplar el esperpento. Ya no somos ni tan siquiera graciosos sino solamente ridículos. Sumar factores de cualquier clase, especie o especialidad "charcutera" (que de todo hay en esta "viña" llamada España en donde se bebe tanto para poder olvidar) nos ha llevado a esta situación tan grotesca que vemos "cruces" por todos los lados. ¡Y qué "cruces", Dios mío!.
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José Orero De Julián
Fild
a veces irónicamente me río de nuestra circunstancia que si no fuera el hoy por el hoy nuestra política así, seria sórdidamente aburrida.
un saludo cordial y agradecido por su reflexión, que nutre.