Los diez mandamientos de la vida
Publicado en Jun 21, 2016
Primero, vamos a querernos. Sin amor no seríamos lo que somos, queráis admitirlo o no, es lo que mueve el mundo y lo único capaz de superar cualquier barrera. Cualquier tipo de amor nos hace más fuertes, casi invencibles, y no entenderéis la vida hasta que alguien no os coja entre sus brazos y os haga sentir como en casa.
Segundo, vamos a mirarnos. Pero vamos a mirarnos bien, a los ojos, que a fin de cuentas nos refleja el alma que es lo que cuenta aquí. Vamos a decirnos cosas sin hablar, sin necesidad de mover el cuerpo, solo con un gesto que refleja más verdades que cualquier palabra. Mirad, y empezaréis a ver muchas cosas que aunque, creamos que no, están ahí, pero hay que fijarse bien. Tercero, vamos a besarnos. Sí, vamos a demostrar ahora con los labios lo que podemos llegar a sentir dentro, lo que nos invade cuando algunas personas se acercan, todas esas frases que se explican mejor cuando unimos las bocas. Cuarto, vamos a tocarnos. No penséis mal, o sí, como veáis, pero mientras pensáis acariciad la vida que se nos está escapando y no hacemos nada para que cada segundo sea mágico. Y hablando de magia, hacedla con las manos, que los mayores monumentos se han hecho con ellas, no lo olvidéis. Quinto, vamos a escucharnos. Tan importante y tan olvidado eso de prestar atención a lo que nos cuentan, a esos momentos que solo pasan una vez en los que alguien de verdad te dice lo que le pasa por la cabeza y lo que realmente le gustaría hacer. Tan en nuestra mano conocer a los demás y también un poquito más el mundo, que a fin de cuentas no es más que la unión irrevocable de todas las historias que llevamos cada uno a nuestras espaldas. Escuchad, vais a aprender mucho más de la vida de lo que creéis, no os imagináis lo que algunas personas tienen que contar. Sexto, vamos a confiar. Creamos de nuevo que las cosas pueden lograrse si de verdad lo intentamos con todas nuestras fuerzas, si de verdad luchamos, si empezamos a entender que no hay nada imposible cuando se tienen ganas de comerse el mundo. Vamos a creer en los demás y en que no todo el que nos tiende la mano va a mordérnosla, que hay gente buena en el mundo capaz de dar el cuerpo sin esperar nada, aunque cada vez escaseen más. Vamos a dejar de corrompernos con falsos te quiero y con amabilidades fingidas y vamos a ser sinceros, quedaros con quien de verdad queréis estar y nunca estéis en un sitio en el que no os sintáis plenos, somos demasiado especiales para conformarnos con las sobras de otros. Séptimo, vamos a ser libres. Siempre he pensado que la libertad es lo más poderoso que tenemos en nuestras manos, y lo que más puede diferenciarnos de los demás. Podemos pasar por aquí como una obligación, como un deber, como algo que nos ha tocado hacer y no hay vuelta atrás. O podemos dejar huella, no en el mundo, si no en nosotros mismos. Vamos a dejarnos llevar y vamos a sentir lo que nos apetezca, y sobretodo vamos a mostrarlo, que mientras que no hagamos daño a nadie todos tenemos derecho a amar, a ser y a vivir como nos de la gana. Recordad siempre que somos más fuertes cuando somos dueños orgullosos de lo que sentimos. Octavo, vamos a hablar. Vamos a decirnos las cosas que creemos importantes y las que no también, por si acaso para el de enfrente si lo son. Vamos a hablarnos de todas las maneras que se nos ocurran, que las palabras se las lleva el viento, pero tampoco demasiado lejos, y algunas son imprescindibles para poder llegar a donde estamos. Noveno, vamos a ser. Sí, a ser nosotros mismos, que muchas veces se nos olvida. Vamos a trabajar duro para ser cada día la mejor versión de nosotros mismos, no por agradar a nadie ni mucho menos, si no por hacernos felices a nosotros que a fin de cuentas termina siendo lo más importante. Vamos a mostrarnos con virtudes y defectos, tan orgullosos de ellos o más que de las virtudes, porque nadie es perfecto, y los que más se acercan son los que se quieren como son y entienden que no siempre podemos hacerlo todo bien. Décimo, vamos a vivir, y a vivirnos. Vamos a saciarnos las ganas y a dejar que la rutina se escape por todos los poros que vamos a abrirle, que no quede ni un ápice de costumbre entre nosotros. Vamos a renovarnos y a reescribirnos, es momento de deshacernos de las partes rotas y de crear nuevas piezas del puzzle, vamos a encajar en otras partes porque esto se nos está quedando pequeño. Vamos a enseñarle al mundo todo lo que hemos aprendido y que no estamos aquí por estar, que hemos venido a cambiar las cosas. Vamos a cumplir lo dicho, que quizás no sea fácil, pero estoy segura de que va a merecer la pena. |
Lucia Alfaro
Saludos...