Hace varios días mire la sombra de una mariposa; dije “¡madre mía que insecto más grande!”. Para mis adentros pensé “sera un bicho fuerte, hermoso, poderoso…” Para mi asombro cuando levanté la vista que, resultaba ser solamente una mariposa. Sin embargo era hermosa.
Con esta observación, me di cuenta que no todo lo que vemos es lo que en realidad es. Esta pequeña metáfora puede aludirse a la sociedad. La luz que iluminaba la mariposa son las redes sociales y la sombra que se proyecta es lo que nosotros publicamos. El asunto es que por muy bonito que sea lo que proyectamos, más hermoso es lo que no enseñamos al mundo. Las apariencias, el típico “que dirán”, la insaciable búsqueda de la popularidad, es lo que impide al mundo crecer. Sólo dejamos que vean nuestra sombra. El caso es que para solucionar eso, hay que levantar un poco la vista y ver los colores de la mariposa. La fama, la popularidad, hacen crecer la sombra y los más bellos son los que menos muestran en las redes sociales y los que más demuestran en persona, aquellos que no buscan fama. La clave es mirar siempre arriba, no tener la vista pegada al suelo.