SER Y NO SER MADRE

Ricardo y Rosita, esposos
Adela, amiga de los esposos
Andrés, hijo.
 
 ¿A qué se debe tanta tristeza? –Pregunta Adela a sus amigos
Ricardo responde:
Es, una cuna vacía, sin bebé, sin rondas, sin arrullos, sin llanto, sin caricias.
-¿Por qué una cuna vacía?
Rosita responde:
Adela, cuando cumplimos un año de casados nuestra gran ilusión fue mi embarazo.
Compramos una moderna y linda cuna musical, toda la ropa necesaria para el bebé. Hicimos de su cuarto una fantasía con toda clase de afiches y peluches, monitor para vigilarlo. Participamos a familiares y amigos el futuro nacimiento de nuestro bebé, recibimos regalos,  estábamos felices, pero a los dos meses del embarazo, presenté grave amenaza de aborto, acudimos de urgencia al médico quien diagnosticó  un embarazo ectópico.
-¿Y qué es un embarazo ectópico?
 -Adela, El médico explicó, pero esos términos tan difíciles, no los entendí, entonces, el médico repitió  “Se entiende por embarazo ectópico, la anidación del huevo fuera del cuerpo uterino”
El resto de explicaciones quedaron entre nubes, sentí gran dolor por la pérdida del bebé. Sin embargo, el doctor nos alivió con la posibilidad de que pasado un año, con buen tratamiento, podría quedar en embarazo y tener nuestro bebé. Volvimos a encargar bebé, pero desgraciadamente se repitió el embarazo ectópico, así que perdimos toda esperanza de ser padres al escuchar las palabras del doctor: “Con 43 años de edad y después de las dos pérdidas, no aconsejo nuevos intentos, Sin embargo, no todo está perdido, sería imposible si faltara el útero” Ustedes decidirán si vuelven a intentar.
Adela abrazó a sus amigos, les dio un beso y preguntó:
-¿No han intentado tener un bebé por adopción?
-Ricardo si lo desea, pero yo no.
-¿Por qué no?
Porque pienso en los genes, puede ocurrir que un hijo en adopción, llegue con mejores genes que los nuestros, pero mi sueño es que nuestro bebé llegue con genes nuestros y de la familia.
-¿Qué otras soluciones han pensado?
-Hemos pensado en “Fecundación in Vitro”
-¿Cómo es eso?
Responde Ricardo:
_Sería unir el óvulo de Rosita, con mis espermatozoides, procesarlo dentro de una cubeta de vidrio durante un tiempo y si es posible la fecundación dentro del vidrio, se traslada al vientre prestado por una mujer que acepte. Se realiza por personal especializado en Biología, se requiere equipo especializado y en condiciones controladas, luego  el embarazo queda en manos del médico, pero es muy difícil, es posible en bajo porcentaje, es muy costoso, bueno eso es lo de menos, lo difícil es la fecundación y hacer esa propuesta a una mujer.
-Adela, ¿qué opinas?
Yo no tenía ni idea, pero ya entendí; “Que el proceso en la cubeta de vidrio lo realizan biólogos y, que cuando es posible la fecundación se traslada al vientre prestado e inmediatamente se inicia el embarazo común y corriente, atendido por  médico ginecólogo”.  De lograrlo me parece bien en el sentido de la felicidad que representa para ustedes, especialmente para Rosita, por aquello de los genes.
 
Bueno, Adela ya sabes a qué se debe nuestra nostalgia. Ahora cuéntanos ¿qué fue lo que ocurrió en tu matrimonio con Arturo?
-Pues, el mismo día que nos casamos viajamos a México a pasar la luna de miel, nos instalamos en un lindo hotel. Al día siguiente, después del desayuno propuse a mi esposo que tomáramos fotos al bello paisaje, pero Arturo dijo que no le gustaba tomar fotos, que las tomara yo mientras él veía televisión y, salí a tomarlas. Me encontré con Mario, un compañero de la universidad, me saludó, me preguntó el porqué de mi retiro de la universidad, le comenté que dejé mis estudios de derecho para  dedicarme a mi grupo musical. Recordó que él siempre estuvo enamorado de mí y que el encuentro podría ser motivo para iniciar una relación amorosa, yo le respondí:
“Imposible, hoy me casé y elegimos éste país y éste hotel para nuestro viaje de amor, así que olvídame para siempre”, lo abracé y le di un beso de despedida. En ese preciso momento Arturo salió a buscarme y cuando vio la despedida pensó que yo le era infiel, entonces me dejó sola en México, a la deriva, sin aceptar explicación, pagó la cuenta en el hotel, desapareció sin pronunciar palabra, lloré, no sabía qué hacer, sólo tenía cuarenta mil pesos en mi cartera.
-Y ¿qué hiciste?
Vendí mis joyas y pude regresar a mi país, Colombia. Con los dólares que me sobraron de la venta, me instalé en un hotel de Bogotá, mientras buscaba una habitación. Se me agotó el dinero y tuve que aceptar un cuarto miserable, en el barrio “El pueblito” compartir con gente pobre, que en principio me rechazaban, pero yo los trato con cariño, soy solidaria, les ayudo en lo que puedo,  enseño  a tocar guitarra a unos chicos que se entusiasman con la música y, así he ganado  el cariño de los habitantes del barrio, allí me respetan y me hacen favores.
Todos los días subo con mi guitarra a los buses, canto y me acompaño con las cuerdas de mi guitarra, a la gente le gusta, me dan dinero por mis cantos y, así me sostengo
-¿Por qué no buscas ayuda de tu familia?
-Ricardo, porque no quiero que mi familia sufra mi desgracia. Ustedes me conocen y saben que yo vivía muy bien con mi familia.
Es verdad, te conocemos desde niña, vivías, en uno de los mejores barrios de Bogotá
 -Eres muy valiente Adela, puedes contar con nuestra ayuda, tú sabes que somos dueños de varias empresas y tú puedes trabajar en una de ellas si lo deseas.
Lo pensaré… Les agradezco, después decidiré, por ahora me despido, para regresar a mi  habitación.
 Al retiro de Adela,  Rosita y Ricardo pensaron que la mujer perfecta para alquilar el vientre, era Adela, pero, qué difícil era tal propuesta,  Ricardo no se atrevía, Rosita se arriesgó, la buscó y le preguntó:
-Adela, si te propusieran prestar tu vientre para una Fecundación in vitro ¿qué responderías?
-Depende de quienes me hagan la propuesta, si se tratara de gente desconocida, rotundamente diré No. Si se trata de personas que amo, que respeto, que me aman, me respetan y merecen ser felices, tal vez diría que Sí, aunque lo seguiría pensando. Y… ¿por qué la pregunta?
-La verdad es que Ricardo y yo, hemos pensado que a la única mujer que haríamos esa propuesta sería a ti. Sabemos que con todo el dinero del mundo no se pagaría tan noble obra, pero dentro de nuestras posibilidades te ofrecemos una empresa de plásticos que representa dos mil millones de pesos colombianos y si no te parece la empresa te daremos el mismo valor en billetes.
-Les confieso, que yo pensé en hacerlos felices, pero hay que pensar más, sin precipitarnos.
-Te vemos perfecta, tu salud, tu juventud, tus sentimientos hacia nosotros y la sociedad, sólo falta tu voluntad.
-Antes de aceptar pienso en lo que dijo el médico “No todo está perdido, sería imposible si faltara el útero”.  Espero que ustedes decidan si vuelven a intentar un nuevo encargo.
No, Adela, Ricardo dice que sí, pero yo, rotundamente digo No, no quiero, me da miedo.
-Entonces, amigos míos, les pido que me den un tiempo para pensarlo.
-Claro que sí, desde ya aceptamos tu decisión, la que sea.
Me despido, regreso a mi habitación, hay mucho que pensar: “Ser y no ser madre a la vez” ¿sufrir nueve meses de embarazo?, ¿saber si se fertilizan o no los óvulos con el esperma? Son dudas que rechazan la propuesta y…, el pago… lo merezco, pero sin empresa, sólo el billete, así haré bellezas en el barrio en que vivo. Además daré la más grande felicidad a Ricardo y Rosita, si todo resulta bien. “Sí, acepto con los ojos cerrados, pase lo que pase”.
 Busco a Rosita y a Ricardo,  les manifiesto mi voluntad de aceptar, ellos quedan felices, no esperaban esa pronta respuesta, Me proponen que viva con ellos para cumplir con todo lo que sea necesario, acepto y recibo el dinero.
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Empieza el proceso, pasan los días, parecen meses, todos ansiosos esperan resultado positivo, los nervios aumentan en la medida que pasa el tiempo sin saber nada.
Permanezco en Internet, escribiendo a mis familiares y amigos, leyendo los mensajes de Arturo ¿qué pensará él si me ve embarazada?, seguramente me volverá a calumniar.
Se interrumpen mis pensamientos, llega la esperada noticia, resulta positiva. ¡Qué locura! ¡Qué nervios! ¡Qué acelere!, Yo lloro, Rosita frota sus manos, Ricardo grita, vamos, vamos, el conductor del auto pide calma, hasta que llegamos al sitio donde me esperan para iniciar inmediatamente el implante.
 Se inicia el embarazo en mi vientre, parece un sueño, Rosita y Ricardo me acompañan  en la habitación, estoy nerviosa, arrepentida, no oculto mi molestia y les digo: “Claro, para ustedes es un feliz sueño y para mí es una realidad que tengo que soportar de día y de noche”.
Ricardo me tranquiliza dice: Estaremos todo el tiempo pendientes de ti, listos a todo lo que se te ofrezca. ¿Cómo te sientes? ¿Qué quieres que hagamos? Respondo: quiero estar sola, quiero dormir, ¿deseas algo de comer o beber? No gracias Ricardo.
Ricardo queda preocupado pensando, ¿cómo calmar a Adela, durante el trayecto del embarazo? Tal vez, llevarla a paseos, buena comida,  mucho cariño, distracciones, acompañarla y darle gusto en lo que quiera.
     No puedo conciliar el sueño, siento que soy otra persona, no Adela, estoy desorientada, no sé qué hacer tan triste en la oscuridad, así he pasado tres semanas.
     Más adelante, todo empeora, empiezan los mareos, vómitos, fastidio por los alimentos, por los controles del médico, “lo peor”, el odio que se me ha  despertado por Rosita, no quiere verla. Aquí se da “la ley de la compensación”, Rosita también  me siente odio, no quiere agradecer,  considerara, que sólo es un negocio, pero disimula, cumple  con todo, no obstante, es notoria su mala voluntad de atenderme. Ricardo extraña el cambio de las dos.
    Recuerdo los mensajes de Arturo suplicando perdón, me arrepiento de no haberlo perdonado, perdí  la oportunidad de tener familia y ser verdadera madre.
     Al tercer mes de embarazo, se espera calma, no más mareos, no más malestares, pero no es así, todo lo contrario, se presentan síntomas de amenaza de aborto, tengo que permanecer  en cama, reposando
Tanto tiempo en esas condiciones me desesperan, ¿Por qué fui tan loca? ¿Por qué tantos sacrificios? ¿Por qué no pedí consejos? ¿Por qué me precipité? Qué bueno para Rosa, ser madre sin embarazo, sin dolor de parto y ser madre toda la vida y yo, sola ¡Qué desgracia la mía!, lo que más me entristece es que en la medida que va pasando el tiempo crece mi gran amor por el bebé, deseo verlo pronto, abrigarlo, alimentarlo, consentirlo, besarlo, acariciarlo.
Rosa, ya no es mi amiga, sólo confío en Ricardo.
Rosa está celosa, porque Ricardo se excede en atenciones para mí. Se disgusta porque quiero que mis amigos del barrio me visiten en su casa, se opone, pero, Ricardo acepta
Vienen los amigos, no entienden lo de mi embarazo, ¿sin esposo?, dudan de Ricardo, hacen preguntas ¿Por qué tan pálida? ¿Por qué tan triste? ¿Quién va ser el papá del bebé? ¿Cuándo vuelve al barrio?  Respondo con cariño, Ricardo  les obsequiaba jugos y galletas. Los del grupo  musical, sienten tristeza por mi estado, me ofrecían ayuda.
   Rosita llora, piensa que yo me debo sentir como si fuera la esposa de Ricardo. ¡Qué tal que Yo le robe el bebé! Qué tal que Ricardo se enamore de mí ¿Por qué antes no pensó lo que piensa ahora?
     Es el quinto mes de embarazo, permanezco  de mal genio y caprichosa, quiero que mi ropa de maternidad sea de color rojo, ando descalza,  sentada en una silla, sola, pensativa, he olvidado la vanidad.
      Suplico a Ricardo que me deje vivir en el barrio de mis amigos, porque no quiero ver a Rosa, pero Ricardo no acepta.
    Rosa busca por Internet a Arturo para rogarle que me conquiste, que vivamos los dos y tengamos hijos, así posiblemente  olvidaré al bebé, pero no es posible, Arturo ha  perdido la razón y se halla interno en una casa de reposo.
     Faltando dos meses para el parto, una mañana lluviosa y fría, aparecen síntomas de un parto prematuro, se escuchan mis tremendos quejidos, me llevan de urgencias a la clínica y allí nace el bebé, a los siete meses. Es impresionante verlo,  es demasiado pequeño, sus orejas manchadas de sangre, su piel amarilla, su frente manchada de sangre. Por orden del médico el bebé es sometido a mantenerse en incubadora por unos días.
El estado del bebé es muy delicado, el traslado a su hogar requiere estrictas condiciones, su habitación debe permanecer esterilizada, sólo se acepta mi presencia, la  del médico y la enfermera. Por tal razón Ricardo y Rosa se desesperan por no poder conocer a su bebé.
Pasa el tiempo.
 Cuando alimento al bebé siento que esa materna unión imposibilita una separación, me siento madre.
La orden médica es que el bebé permanezca tres meses en cuidados especiales, sin contacto alguno con otras personas excepto el médico,  la enfermera y Yo.
 Mientras el bebé permanece en mis brazos, crece el odio de Rosa por mí, cree que me estoy apoderando de su hijo, quiere quitármelo, alejarlo. Yo no quiero separarse del bebé, pero soy consciente del sufrimiento de Rosa, de los deseos de ellos de ser padres, de las atenciones que he recibido, los fracasos de ellos, mi compromiso de hacerlos felices, es justo entregar el bebé, y vivir cerca,  para que todos le brindemos cariño y que el bebé sea feliz con el amor de sus padres y el mío.
Se llega el feliz momento en que Rosa y Ricardo pueden conocer a su hijo, quieren besarlo, acariciarlo, pero el médico ha ordenado que nadie lo puede besar hasta que pasen otros tres meses.
Ricardo y Rosa adoran a su bebé, pero aún no lo pueden acariciar.
Antes de entregar al bebé, Adela propone vivir cerca para hacer feliz al bebé.
Rosa dice, NO, usted tiene que desaparecer para siempre, dejarnos tranquilos con nuestro hijo, para eso hicimos un trato que mucho dinero nos costó y que usted ya recibió, sólo falta que usted se vaya y nunca más se aparezca.
Interviene Ricardo: No seas injusta ni egoísta con Adela y el bebé, lo que desea Adela es que todos estemos cerca al bebé y que seamos felices.
De ninguna manera, es mi hijo y nadie me lo quita.
Al escuchar las palabras de Rosa mis propósitos  caen al piso, me enfrento enérgicamente ante Rosa y muy enojada digo:
¨¨Este bebé es más mío que suyo, el niño se desarrolló en mi vientre, los dolores de parto fueron míos, no suyos, quien dio a luz fui yo, no usted, la leche que lo alimenta es mía, no suya. (Ricardo considera que las dos son madres.)
-A usted le dio miedo volver a intentar un embarazo y me utilizó.
-Pues yo la demando para que desaloje mi casa y me entregue el bebé.
 Lo de su vientre, sólo fue un alquiler, como quien alquila un auto, una casa, una máquina o cualquier cosa.
-Un auto, una casa, una máquina o cualquier cosa no salen del vientre de una mujer, no vale la comparación de cosas con las de un ser humano a quien se le da vida, se alimenta y se ama.
A propósito, les pidió permiso de alimentar al bebé”.
Rosa queda sin palabras, no puede oponerse al alimento del hijo.
Una semana después, logro mi sueño, el de alquilar un apartamento en la misma cuadra de la casa de los esposos, para seguir viendo y alimentando al bebé. Con lágrimas y dolor de mi alma  entrego el bebé a Ricardo.
    Ricardo queda feliz, pero Rosa sigue agresiva conmigo
El niño es bautizado con el nombre de Andrés.
Todos los días Ricardo trae al niño a mi apartamento, así durante cinco años, lo consiento, lo acaricio, lo adoro-.
Un día cualquiera, Rosa y Ricardo viajan a Cartagena con su hijo, sin previo aviso, causando fuerte golpe para el niño y para mí. Andresito suplica a sus padres que me inviten a Cartagena, pero de nada sirve la súplica,  el niño se afecta sicológicamente.
Rosa no me  quiere ver más, me odia, desea mi muerte, que no vuelva a aparecer.
    Vuelvo  al barrio, inicio mis planes con ayuda de ingenieros y arquitectos. Se empiezan las obras de construcción, una escuela, un centro comercial, un parque, teatro, hospital, centro de salud, gimnasio, salón de juegos, sigo embelleciendo el barrio .y dictando clases de  guitarra.
    Ricardo recuerda mis sacrificios, mis bondades, el hecho de haber devuelto al bebé,  la manera tan amorosa con que trato al hijo y, principalmente le preocupa la tristeza de Andresito por estar separado de mí. No le parece justa la separación. Comenta sus reflexiones a Rosa, pero ella se desespera, piensa que Ricardo me ama y no quiere regresar a Bogotá, pero Ricardo está decidido a separarse de Rosa, si no acepta regresar.  Rosa se enoja, pero no le queda más remedio que aceptar.
    Andresito, vuelve a ser feliz conmigo, admira el progreso del barrio.
  Los dos hacemos planes para ayudar a los ancianos con un hogar geriátrico dotado de comodidades, diversiones, cuidados de médicos y enfermeras.
    Rosa  sufre viendo al niño feliz conmigo, siente perdidos dos amores: el de su esposo y el de su hijo y lo peor, el cariño que Andresito siente por mí y por llamarme cariñosamente  “Ade, mi segunda mamá”  
     Durante los años escolares de primaria, el niño demuestra su inteligencia, sus buenos sentimientos, el amor por sus dos madres, pero en época de vacaciones el niño sufre porque sus padres lo llevan a pasear a muchos países, sin la compañía de su segunda mamá.
     Cuando Andresito cursa octavo año de estudio en el colegio es consciente del problema de sus dos madres, se ha enterado de la vida que ha sufrido Adela.
Andrés no puede estudiar tranquilo por estar pensando cómo resolver el problema de las dos madres. :
Mi mamá Rosa me quería desde antes de mi nacimiento, sufrió sus embarazos por no poder tener un bebé, encontró la solución por medio de mi mamá Ade, y ese bebé soy yo.
Ade fue tan buena, que quiso hacer feliz a mis padres, prestó su vientre para darme vida, sufrió demasiado, me alimentó con su leche materna, las dos me quieren “ellas no se quieren”
No me gusta verlas sufriendo, la causa, soy yo. Es por eso que me corresponde arreglar ese problema.
¡Qué difícil! Mi mamá Rosa quiere hacer de mí un joven superior a los demás, se interesa de mi buen vestir, de mis buenas amistades, de mis viajes, de mis estudios, sueña con un hijo filósofo, lector y que me case con una dama de la nobleza. En uno de sus diálogos conmigo me dijo que Ade, no había deseado mi existencia, que sus aspiraciones hacia mi eran absurdas, que no tiene buenas amistades, ni estabilidad. Para convencerme de que Ade no merece mi cariño, recuerda las frases de ira y odio que pronunciaba Ade durante su embarazo. Lo grave es que me invita a rezar para que Ade muriera, porque cree que mi padre está locamente enamorado de ella.
    Con Ade mi vida ha sido diferente, poca teoría y mucha práctica. Ver con mis ojos la miseria, la ignorancia, la desgracia, el abandono, los problemas de los habitantes del barrio donde vivió mi mamá, haberme enterado por los habitantes del barrio,  la historia de vida que tuvo que llevar Ade, cómo pudo sobrevivir con su propio esfuerzo y cómo ha podido compartir con los habitantes del barrio, sus tristezas sus alegrías a través de la música y sus cantos. También ahora, yo he podido compartir el progreso, las obras realizadas, el fuerte carácter de Ade para hacerse respetar y lo mejor las inversiones con el dinero merecido por la vida que me dio, lograr la felicidad de los del barrio.
    . Para yo sentir que Ade es mi segunda mamá es saber que ella quiso la felicidad de mis padres, prestando su vientre para facilitar mi nacimiento, Era lógico que se asustara de semejante experiencia, que se arrepintiera que llorara, que fuera caprichosa, ella me amó más y más durante el embarazo. También veo normal que mis dos madres no se quieran por amor a mí. Quisiera que todos nos amáramos y fuéramos felices. Me he sentido más feliz siendo útil en este barrio que llegar a ser un filósofo de alta alcurnia.
     Ha pasado el tiempo, ya tengo quince años y creo tener la solución del problema de mis madres. Rogaré a mis padres que me permitan estudiar en otro país, será muy triste para todos, pero así mis dos madres se acostumbrarán a vivir sin mí. Con mi dolor y el de sus almas pediré a mis padres que mis estudios continúen en Londres, ocultando siempre el lugar donde viva, evitando así nuevos problemas, visitándolas frecuentemente por Skype, les contaré sobre mis estudios y la vida que tenga que vivir.
La propuesta ha sido aceptada por mis padres, pero acompañado de ellos y resueltos a viajar y vivir conmigo en Londres. Me desilusiono –No es esa la solución del problema- Adela también puede viajar a Londres.
     Mi segunda mamá se ha enterado de mi viaje a Londres con mis padres, a ella le parece  triste mi ausencia, pero, le parece bien que yo estudie inglés, que conozca otras culturas y lo más importante, mi tranquilidad, pero que eso depende de ella, entonces resuelve hacerme entender su reflexión y me dice: “Andresito, tú eres lo que yo más quiero en mi vida,  y deseo que tu felicidad sea completa y, no lo serás con dos madres peleando en tu presencia”. Quiero que entiendas que lo que he decido, no cambiará el cariño que siento por ti. Sé que tú eres inteligente y entiendes que es justo que tú estés con tus padres en Londres, porque, reconozco que Rosa y Ricardo son tus verdaderos padres, aunque yo sienta que también soy tu madre y tú sientas que eres hijo mío, es el cariño el que nos hace sentir así, pero no es la realidad. Viaja tranquilo con tus padres. El cariño nos unirá toda la vida y creo que de vez en cuando nos podremos ver y comunicar por Skype. Te deseo de todo corazón que seas feliz, que estudies lo que quieras, que ames a tus padres. Yo terminaré de ayudar a la gente de mi barrio y luego buscaré a mi familia, me uniré a ellos y procuraré ser feliz con mi música.
     -Mamá Adela, es muy doloroso separarme de ti, entiendo tu decisión, eres el ser más perfecto que existe, conozco tus sentimientos y tu firmeza, no discuto tu decisión la acepto con todo el dolor de mi alma, nunca te olvidaré y te mandaré muchos correos contándote sobre mis estudios y mi nueva vida (Disculpa este brote de lágrimas que salen de mis ojos, no me pude controlar) Pues Andresito, yo procuro controlar mis lágrimas, te abrazo con todo el amor de mi corazón y te bendigo. Gracias mamá Adela, me alejo y pronto sabrás de mí.
      Adela queda muy triste sin imaginar la verdadera reflexión de Andrés.
      Ricardo queda muy sorprendido y triste, Rosa queda feliz y tranquila.
 A los tres meses viajan a Londres los tres.
Andrés pudo continuar sus estudios en ese país
     Donde quiera que Andrés habita lleva la foto del embarazo de Adela, con su rojo vestido, sus pies descalzos y su triste expresión.  Se comunica con ella por Skype, por Facebook y le envía correos, le escribe poesías y le cuenta lo que está viviendo. Adela también le cuenta sus cambios, su nueva vida con sus familiares, las ayudas al barrio, sus nuevos estudios, nuevos amores y algo sobre sus canciones.
Andrés ha terminado bachillerato, elige como profesión la arquitectura y se ha especializado en urbanismo. Desempeña un cargo importante.
Contrae matrimonio con la española Adriana Arnillas, tienen dos hijos y han establecido su hogar en España.
Ricardo y Rosita quedan solos, vuelven a Colombia, “otra vez solos”,
    Yo, Adela, me he convertido en importante bióloga, la más sobresaliente, tratando los procesos de Fecundación in Vitro, pues el haberlo vivido en mi propio cuerpo más los estudios especializados en las mejores universidades me han  llevado a ser reconocida como importante bióloga, a nivel internacional. Y, de la mano con mi esposo, médico ginecólogo, Ernesto Sandoval, los dos ejercemos en el mismo campo, aquel que yo viví.
Ernesto y Yo  tenemos la dicha de ser padres de dos hermosas niñas.