Cual sombra de una palma curva y alargada
Se refleja por la luna en el suelo mi figura maltrecha y
Entristecida al final de una nueva jornada.
Igual que las espinas del erizo  así es mi barba
Que crece por días en mi cara como gran falacia.
La luz de la noche se clava en la miel de mis
Ojos para enseñar la desdicha de mi mirada
Una frente cubierta de surcos por las miles
De preocupaciones diarias, y es que estas no se acaban
Aunque si el pelo de mi cabeza que cae como
Hojas en el otoño cada mañana.
Unas manos inquietas y flacas con uñas gastadas
Y deformes por las mordidas nerviosas que reciben
Cada vez que los sueños se derrumban y las metas
No se alcanzan.
 
El sol anuncia una nueva mañana pero a diferencia
De su brillo, no se esboza sonrisa alguna en la faz de mi cara.
Y es que un nuevo día sin razón ni fortuna a llegado a mi vida.
Una vida vacía que se extingue como vela en llama.
Ante la ausencia de la persona amada, y es que mi corazón
Entrego su amor sin reserva, pero solo consiguió un hasta nunca
Como respuesta, y aunque todo los días esta en mi recuerdo
Su ausencia se clava como daga en mi cuerpo y su indiferencia
Me extingue el deseo de vivir día a día, y es que sin su sonrisa
Ya no hay motivo para levantarse esta mañana.