INTENTO DE POESÍA A FALTA DE ALGO MEJOR
Publicado en Jan 03, 2017
Nunca me creí un poeta, es más, en mi vida leí poesía. Pero sí soy una persona de sentimientos, suelo conmoverme, aunque en algunos momentos de mi vida soy un total insensible. No es ciclotimia, simplemente ambigüedad de sentidos. Pero había una razón que ahora me llevaba a querer escribir poesía. Claro está, la razón era una mujer, la única mujer que había logrado doblegarme. Yo me consideraba un macho, un verdadero hombre, no así un machista. Era de aquellos que no derramaban lagrimas por una mujer, que no mendigaban cariño, que en lo inmediato remplazaba una mujer por otra. Pero esta vez era un niño solo. Aquella mujer me había hecho añicos, y le suplique y llore por ella, deje mi honor en un rincón convirtiéndome en un perro sin hogar, un perro que solo quiere un amo que lo proteja. No en un perro noble de callejear. Entonces escribí una canción para lavar mis culpas, porque en principio me creía culpable, pero la única culpable era ella. Aquella canción tenía poesía, pero no era lo que buscaba, por alguna razón buscaba algo más puro, entonces la rompí y trate de ser un poeta maldito, lleno de angustia y desamor. Me emborrachaba y me hacia el confundido, el distinto, porque estaba verdaderamente lastimado en lo más profundo de mi sentir.Escribía versos cursis ahogados de lágrimas y alcohol, cosas verdaderamente estúpidas, pero sinceras. En cada párrafo no podía evitar la palabra ¡puta!, pero no podía entregarle un poema que la tratase de puta. Pero era lo único verdaderamente natural que me salía dejando la cursilería de lado. Entonces, ¿por qué no tratarla de puta si era lo que más sincero salía de dentro de mí ser? Claro que todo lo demás también era sincero, pero a la vez vacioLa amaba, por eso quería escribirle una poesía, convertirla en mi musa, ser yo su único poeta, ya que ella era mi pesadilla onírica y despierta. Yo quería recuperarla, quería demostrarle que aun la amaba, al menos eso pensaba cuando se me ocurrió escribirle una poesía. Pero en mi desenas de intentos de conseguir tan preciada lirica comprendí que había algo mas; algo que tenía que ver más con la sinceridad que con el romanticismo. Existía el rencor en mi, sentimientos cruzados. Comprendí que quería decirle que la amaba, pero a la vez quería decirle que la odiaba, que había arruinado mi vida. Pero no aparecía en mi inspiración poética para demostrarle o contarle mi desprecio resiente hacia ella. Un desprecio que por tal no dejaba al ser enamorado de lado ¿o sí? El hecho es que solo con bronca, con austeridad, con honestidad bruta. Solo de aquella forma podía decirle lo malo que sentía por ella. No con dulce poesía. Por eso la palabra “puta” aparecía mecánicamente cada vez que comenzaba a escribir algún verso pretencioso de inspiración romántica.Recapitule: En principio yo me sentí culpable; ella había conseguido que yo me sintiera así. No digo que no tuviera razón. En algunos aspectos puedo llegar a ser una persona descuidada. Y tal vez descuide un poco sus sentimientos: pero de ninguna manera era el culpable de todo. Me había envuelto en una maraña de palabras y llantos tristes, llenos de compasión. Se victimizaba, y yo la creí victima. Pero en verdad la única víctima era yo. Después de todo era el engañado; ella me había mentido, y no al revés. Sin embargo quise escribirle un poema, pero lo único que fluía con avidez era la palabra “puta” una y otra vez. Puta, puta, puta. Podía llenar docenas de hojas con dicha palabra. Comprendí que esa era mi poesía, pues yo no era un poeta, y un desengaño amoroso no me convertía en tal. Era un hombre herido, triste quizás, pero no un poeta. Solo un hombre resentido que sin dudas no había podido perdonar. Era un hombre enamorado, pero no sabía perdonar, un resentido sin dudas, por eso la palabra puta.Hice un bollo con la hoja y la tire al tacho de basuras junto con las demás. No valía la pena seguir intentado jugar al poeta maldito. Después de todo no tenía sentido, ella no volvería con migo y yo, jamás la perdonaría.
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Maritza Talavera
(amor, odio) son los protagonistas de tantas inspiraciones y la persona que amamos con esa intensidad; se vuelve la musa, todos llevamos un poeta dentro y surge casi siempre en estas circunstancias de la vida. Y escribimos motivados por el amor, el desamor, desepciones, tiempo, distancia etc. Y poco a poco nos vamos sintiendo poetas sin serlo. Me ha gustado mucho tu poesia. Saludos! Un placer para mi tenerte entre mis amigos textaleros.
javier
Elvia Gonzalez
javier