Ayer me provocó incendiarte:
Sabes que te adoro y te exijo por entero.
Más desconoces el reguero de fuego que me invade
al no encontrar tu distinción en mi camino.
Tengo el aroma milenario de la flama
y llamas prendedizas a flor de labios.
Sabes que anhelo acosar tus formas
y recorrerte toda como un prólogo.
Mis besos se hacen de colectas de lumbre.
Mi cuerpo: Larga tea intempestiva.
Anhelo recostarme de tus labios amorosos
para extralimitarte con mi calor solar.
En mi yo habita un loco piromaníaco
y en mi mente de vagos intersticios
sólo hay un paso entre cordura y desmesura
y sus claves están en mi caprichoso corazón.
Por eso amor mío, soy violento y peligroso:
Asegúrate de amarme y amansarme prontamente
o convertiré tu sonrisa en molares quemados
y sembraré tus entrañas de candela y fierros retorcidos...
Pero puedes evitarlo todo con un beso...