Mis ojos protervos y acerados
ven la advenediza licorera.
Tomó del Coñac y digo un adagio
y me siento del todo contraído.
Afuera está el sol teatrista
revolviéndolo todo con sus pulgares.
Incinerando arañas y pulgones
y a los perros en su lánguido ladrido.
Tengo ya ganas de colgar mis insignias.
y consumir enteras seis botellas de Brandy.
Veo tréboles caer en ratoneras
mientras se renuevan mis tristuras.
Me apoltrono en la silla más cómoda
a tomar algo del aire tornasolado.
Dejo caer mis zapatillas en la cónsola
que tanto trabajo costó a mi bisabuelo.
Heredé unas botellitas de sake
que guardo en una vieja vinagrera:
Necesito beber hoy en mis espúreos
agazapado del calor solar.
Mi alma está en plena bancarrota:
Mi amor se fue con una fanfarrona
en la que invertí mis diligentes besos.
La odio más que nada a media noche
cuando me daba su recatado cuerpo
y se me entregaba febríl, como un castigo.