Se quejaba del amor sin saber lo que era, realmente sólo lo rechazaba para que su corazón no se hiriera. Egoísta pensamiento de una chica sin sentimientos que sólo sabe rechazar lo que no muchos le quisieron regalar.

Rompieron su corazón y ella rompió el de los demás, y sólo para demostrar que así ella no era fácil de lastimar, sin embargo, ella ya estaba rota y por ello ya no podía llorar.

Pasaron los años y ella seguía sin cambiar, su mala actitud le permitía jugar, y además sin consecuencias, ¡Qué gran jugadora! se dijo para ella. Mientras un corazón al que no se le permitía una reparación luchaba por una segunda oportunidad en el amor, ¿Qué era lo que le impedía cumplir su función? Y entonces llegó la ansiada contestación, -yo no te dejo, no sirves de nada, sólo dolor y distracción-, dijo la mente, y entonces el corazón pensó,-¿soy yo el culpable de tanto dolor? ¿No sería mejor mi extinción?-.

El rojo corazón comenzó la transición hacia su perdición. El negro de la depresión encontró un camino al centro del dolor, el remordimiento le acompañó y la mente se turbó, ¿Qué le pasa a la mente?, antes la más inteligente, ahora la menos eficiente. No sabe distinguir, en un hombro el corazón en el otro la depresión:
-Mira ese chico, una oportunidad, es el destino-
-Eres fea chica, no lo intentes o acabarás sin suerte-
La mente confusa no sabía que hacer; caminar, parar, volver cara atrás, decidió no moverse, estancarse en su punto de relax, pensó -conozco todo, sé como hacerlo-.
Luego de unos meses la mente no cambió, que bien se estaba sin dolor, sólo las noches de lloros, por el día ya no siente dolor. El corazón ya no habla, hay tranquilidad y piensa que es paz. La depresión se hizo reina del cuerpo, que gusto, todo suyo, no sabía que pronto empezaría una revolución.

Bastó un chico, el que motivó al cambio. El corazón se movió cómo si un objeto invisible le hiciese bailar de nuevo, el tiempo empezó a moverse, se sentía vivo...¡Qué grandes recuerdos esta sensación!...momentos que comienza a ver la mente, esta se despierta luego de un gran sueño, no sabe que le pasa, le duele todo, el corazón rebosa vida, comienza a liberarse del negro...

El rojo se asoma por los bordes del corazón, pero la depresión no quiere parar de dar frustración, mantiene su centro negro sin que el rojo pueda llegar hasta el medio, ¿Qué pasa?...El corazón pierde fuerza se niega a sufrir -no quiero, no quiero, no quiero-...Pero oye una voz, cree y confía, la mente vuelve llena de ilusión...
 
Ahora todos creeréis que esa chica luchó por el misterioso hombre que apareció, y motivó al corazón y a la mente. Y así fue...pero el mundo es egoísta e indecente, ¿Qué pasó? Pasó una guerra, una guerra que rompió el mundo, y arrebató la vida, la depresión inundó de nuevo su cuerpo y luego de varios días su mente y su corazón acompañaron a su alma sin continuar la vida.