Lo bueno, lo malo y lo feo.
Lo bueno en mi país es que ya se están descubriendo a esos delincuentes de cuello blanco. Admiro el carácter de los valientes que se atreven a denunciar sin que importen venganzas ni amenazas. 
Pero no es lo único bueno en mi país, hay que destacar la gente colombiana que nos enorgullece, como los científicos, los profesionales de diferentes campos, los artesanos, los artistas, los deportistas, las personas honestas, los paisajes, la variedad de climas, la vegetación y mucho más. Colombia es un país digno de visitar y admirar.

Lo malo es que algunos defensores de corruptos peligrosos se conviertan en encubridores, y lo peor es que esos delincuentes peligrosos, por su dinero y poder, que son bien conocidos, no sean investigados ni enviados a las cárceles que merecen, todo por miedo a que esos peligrosos manden matar a quienes los juzguen, como a  fiscales denunciantes y testigos. No obstante, creo que poco a poco se va perdiendo el miedo, se van dando pasos, se van destapando ollas de corrupción en busca de hallar justicia y paz.

Y lo feo es que los medios de comunicación oculten a los buenos ejecutores de obras admirables, que justifiquen a  los corruptos, que no digan lo  que se debe informar. Igualmente, la mayoría de presentadores de emisoras dejan ver el odio, el fanatismo e inducen a sus oyentes a que sigan sus equivocadas corrientes destructoras. Pero bueno, últimamente, algunos han reconocido la realidad, han reflexionado sobre lo justo y lo injusto, como también personas que eran fanáticas por apoyar malos gobernantes, ya se han arrepentido y han renegado el haber dejado su voto en gobernantes que sólo han dejado desilusiones.