Impresin-
Publicado en Mar 10, 2017
Quejas del alma, vagos rumores,
lejanas brumas, rayos de luz, fragante aroma de índicas flores, himnos de guerra, cantos de amores brotan al ritmo de tu laúd. ¿Quién, recorriendo tus Fantasías, hijas del trópico abrasador, vibrar no siente las armonías de aquella raza que en otros días poblar sus selvas Quisqueya vio? Sobre la cumbre de las montañas, de las palmeras bajo el dosel, al grato abrigo de las cabañas, y hasta en las grutas al hombre extrañas haces del indio la sombra ver. Y el aire cruza triste lamento, y el eco suena del tamboril, y al valle indiano, y al ave, al viento a todo presta tu blando acento fuego, armonía, vida y matiz. Y el junco verde que en la onda la tumba sola que arrulla el mar, y el ave errante que allá suspira, notas perennes dan a tu lira, tristes historias llenas de afán. Entre sus bosques afortunados no escucho nunca la indiana grey dulces areitos tan acordados como tus cantos privilegiados, vagos preludios de ignoto edén. Parece, bardo, que el genio ardiente de estas regiones habitador templó tu lira suave y doliente, y en viva lumbre bañó tu frente dando a tus ritmos inspiración. Que si inspirado suena tu canto poblando aéreo la soledad, ávida el alma te sigue, en tanto que dulces notas de nuevo encanto fascinadoras haces vibrar. Cuando al transporte del numen cedes, cuando tu mano pulsa el laúd y en la armonía fácil excedes, ¡ay, quién pudiera, como tú puedes, dar a sus trovas música y luz! Pues de una fama ya merecida tus Fantasías vuelan en pos, mientras acepto, reconocida, de esos cantares llenos de vida con noble orgullo la ofrenda yo. ¡Oh, de la patria de Anacaona cantor amante, bardo feliz! ciñe con flores de nuestra zona la que prepara digna corona para tus sienes el porvenir.
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MIchelle Camacho
Enrique Gonzlez Matas
Que seas bien recibido en estas páginas y nos aportes tus inspirados versos.
Un gran abrazo.