Su infinito prevalecer
Publicado en Apr 11, 2017
Hoy perdí algunos diálogos incrustados en un chat de celular. Los perdí, junto con aquel celular. Perdí mi supuesta identidad escrita en un pedazo de papel enmicado. Con una foto de mi rostro. Perdí la forma de crear aquellas atmósferas que más me gustan de mis melodías favorítas, mientras estoy al intemperie. Perdí un aroma, guardado en un pequeño recipiente. Y la antiséptica solución para mi rostro. Mis ojos perdieron un poco de su alivio contra el sol, y ahora están un poco expuestos. Vuelven a sentir dolor. Las palabras impresas en algunas cuantas hojas de papel, de algún autor, se fueron en aquella bolsa también. Se fueron junto con la mágia del sonido de tus mensajes al despertar. Con mis pocas monedas y papeles sobrevalorados. Con la única prueba de mi intento existencial en un programa gubernamental. Y unas llaves. Hoy perdí una bolsa, con sobrevalor. Con cosas de innecesario valor personal. El único valor que alguien le puede dar a los objetos. El supuesto valor sentimental, el de un humano. Perder mis cosas con valor sentimental, me hizo recordar cuántas cosas platicamos tú y yo en aquel chat de celular, de cuántos recuerdos vengo acumulando innecesariamente. Perderlas, me hizo pensar en lo efímeras que las palabras son, y los pocos pensamientos que logramos compartir entre nosotros, y con quienes queremos. Algunos pensamientos, algunos recuerdos, se van en aquel contenido. Sólo por necedad humana. Por aferración mental. Por debilidad espiritual. Aquellas cosas no me quitan ni definen mi verdadera identidad. Yo ni siquiera me llamo así. Nadie me llama así. Realmente no me quitaron el poder de imaginar, o de poder escuchar cuánta música hay en el mundo. No pueden quitarme mis pensamientos, ni mis recuerdos. Sólo la tangéncia efímera del disfrute emocional humano. Sólo por miedo aceptar la realidad que no existe. A ver que somos sólo un instánte, con la necesidad de prevalecer. Hoy perdí en un instánte, un objeto,con el mismo valor que mi texto. Obteniendo la única cosa que en realidad importa. Su síntesis en mi ser, y su infinito prevalecer.
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J. C.