Lady Luci (Fer)
Publicado en Apr 12, 2017
Miro por la ventana y noto que en el inmenso jardin yacia un 'pedazo de carne' - se dijo a si misma- Arrastrando los pies fue hasta la cocina a prepararse unos mates. Encendio la ornalla en maximo y puso la pava plateada que brillaba como si fuese de plata. Tomo el mate de madera que su hija le habia regalado de aquellas vacaciones en Mar del Plata, le puso yerba hasta la mitad, sin azucar, pues tenia el pensamiento de que el mate argentino tenia que ser amargo, el azucar era para los 'pibitos' que recien empezaban a ingerirlo. El agua hirvio, burbujeaba, quemaba. Apago la cocina. Lentamente se tomo un par de mates. Al tercero lo tomo viendo nuevamente hacia el jardin por la ventana. Movio la cabeza en signo de negacion mientras dejaba el mate sobre la mesada. Sus pies de anciana se arrastraron hacia la puerta del patio, giro la llave y tiro de la manija con fuerza para salir al exterior.
La tarde comenzaba a caer. Tomo de los pies al 'pedazo de carne' o mejor dicho, a su marido, y lo arrastro hacia el interior de la casa. De a poco, de a tramos, lo tiro en el sillon como pudo. Lo miro con desprecio. Tomo el telefono y llamo a emergencias. 'Viejo idiota' susurro. Emergencias llego y tras una rapida re animacion coronaria en vano al viejo anciano, le declararon la muerte. Su esposa, aun con el mate en la mano, ante tal noticia solo solto un 'hum' dandose media vuelta para volver a calentar el agua. Viuda quedo y tambien sola, pues su unica hija habia decido marcharse en cuanto cumplio dieciocho años. Al cabo de un tiempo, la anciana habia perdido ciertas facultades como caminar con facilidad. Las piernas son el motor que nos movilizan en esta vida y ella sola ya no podia. Su hija contrato a una mujer de unos treinta años para cuidarla en diferentes horarios. A veces por las noches, a veces por las tardes, o algunos mediodias. De principio todo marchaba bien, la anciana era una persona adorable con la joven que cuidaba de ella. Le regalaba bombones, la llamaba 'querida' y no mostraba signos de desprecio. El tiempo paso y la simpatia se iba desmoronando. Una noche de verano, de esas noches en las que el calor sofoca, la anciana encerro en una habitacion a su cuidadora y corto la electricidad sofocandola hasta el amanecer. Otro dia, mientras la joven fue a hacer unas compras al almacen de la esquina, puso veneno en el agua que estaba hirviendo para el té. Por suerte la joven derramo el agua por torpeza y salvo su vida. El clima que se vivia dentro de esa casa era cada vez mas parecido al infierno. Calor, mal humor, malas vibras, una gran nube negra azotaba los dias. La joven quizo renunciar mas de una vez, pero la hija de la anciana la retenia con suplicas y con un aumento de sueldo cada vez mas absurdo. La salud de la joven empeoraba y la vieja parecia revitalizarse a cada hora. Habia un dolor emocional y una pregunta sin respuesta : ¿Por que el cambio de personalidad, que he hecho? Limpio sus pensamientos rapidamente. Cordialmente la joven le pregunto: - ¿Desea algo en especial para almorzar? - la vieja solo la miro con desprecio y con su baston la empujo. Abrio la heladera y saco una bandeja con seis huevos y jamon crudo. Tomo una sarten, rompio los huevos y coloco el jamon. Hizo una especie de omelette que destrozaria el higado de cualquiera. La joven estuvo a punto de llamar a emegencias, pero nada le sucedio a la anciana. El calvario siguio por dias. Pero todo llego a su fin cuando la vieja hecho sangre de gallina sobre la joven que yacia dormida. Está se desperto a los gritos y en cuanto quizo dejar la casa algo o alguien invisible al ojo humano, giro su cabeza como un buho. La joven cayo al piso rapidamente con los ojos abiertos en direccion a la anciana quien lentamente y arrastrando sus pies fue hasta la cocina a calentar el agua para unos mates. Luego, llamo a emergencias. ¡Por Dios, doña Luci! ¿Que paso con esta chica? Creo que se tropezo, no lo se. ¡Es un horror! ¡Mira ese cuello! Haremos contacto con su familia, mientras tanto firme estos papeles como responsable de hallar el cuerpo. Y la anciana firmo... Luci – FERnandez.
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