flecha sin arco
Publicado en Apr 25, 2017
Era vasto y concurrido. Un camino agujereaba los recovecos del recinto bajo cuyo cabellera verde el mundo hedía primavera.No era motivo para detenerse, pues las gramíneas sedimentadas en la ribera del camino empedrado remontaban un vuelo suave y amenazante para mis pupilas. Seguí recto, desoyendo los consejos del mapa atajante,hasta donde pude anunciar la cuesta que bajaba para volver a subir. Más lejos de allí el alféizar y la jaula desvencijada imitaban tintineantes el ritmo de la tarde, aunque no quedara sino un trecho vertido en trámite. Tres árboles más, y el gris sustituiría a la tierra artificialmente húmeda. Último escoyo, el colmo del camino, unos ilusorios zapatazos con los que abandonar el cielo límpido . La mujer ,con la espalda recostada sobre la hierba y los pies arañando la corteza de un castaño enfermo devuelve su altiva mirada a la bicicleta de radios quietos. Lleva puestas las medias de rejilla que siempre quiso exhibir a escondidas mientras simula leer el libro que sostiene con índice y pulgar, pese a mirar al infinito de frente, dispuesta a colisionar consigo. Planea su deseo, aún con la esperanza de que pueda ser refrenado, ella juega sin que él lo sepa, estira su pierna apuntando a la copa, cae una falda en desuso,la hojas se mueven con una racha de viento. Ambos sonríen y lloran, humos y bocinas retoman su día.
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José Orero De Julián
José Orero De Julián
javier castillo esteban
Elvia Gonzalez