BAJN LITERARIO I
Publicado en May 22, 2017
Hoy tuve como un bajón, no de salud, sino una depresión literaria. No encuentro la inspiración para que el texto que estoy escribiendo se convierta en novela. Como me considero un loco compungido, ahí estoy preguntándome sí vale la pena seguir mostrando mis escritos a los amigos, que por ser eso, mis amigos, no me critican literariamente. Así que para quitarme esa “depre”, esta mañana me eché una larga ducha bien caliente, luego me vestí para ir a pasear al único parque que hay en Tirana. Solito, me perdí entre veredas, pinos y cantos de pajaritos. Me atreví a cantar Yolanda de Pablo Milanés a todo pulmón. Me di cuenta que ya me salen menos gallos desentonados. En mis rizos se atoró una flor nombrada diente de león que, supuestamente, es medicinal, pero a mí, me causa una puta alergia, que me quisiera arrancar los ojos para lavarlos en agua oxigenada y meter un cepillo largo el interior de los oídos para rascarlos. Luego de estar en la soledad con la alergia y la naturaleza, fui a saborear el paladar con un capuchino y la vista con la belleza femenina albanesa. Recreándome con las morenas, las trigueñas, las rubias de ojos azules, verdes y casi amarillos, escuchó la voz de alguien que, en verdad, sí tenía depresión. Así que para no dejar mi plan de escribir, mínimo, cincuenta palabras por día, le hice este poema a AMY WINEHOUSE:
Era una mujer débil disfrazada en un tono de negra poderosa que necesitaba el verso de la desesperanza del amor para que su cuento abandonado saliera de su hermosa voz mojado por las gotas de sus lágrimas que no le dejaron la libertad para ver la esperanza de una futura ilusión que encontró en los jugos gástricos del alcohol donde empezó a vagar en la invencible depresión con melodías suicidas ironía que fueron su éxito personal con una poesía en la oscuridad donde su beso inseguro tenía que comprar un beso seductor de un hombre con ideas sueltas que la sedujó en el hechizo de la droga que le abrieron la duda sangrante de su vida tatuada sin la comprensión en un apretón de una mano conocida que la dejó ir con sus hojas en blanco tirada sobre la cama con el frío sobre su espalda...
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