Arimatea (Teatro Cristiano)
Publicado en Jun 20, 2017
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Arimatea (Teatro Cristiano)
 
ACTO PRIMERO.
ESCENARIO.- Sala de Jucios del Sanedrín. A la izquierda del escenario están, sentados en sus tronos, Anás y Caifás. A la derecha del escenario, también sentados en unas especies de pupitres por parejas, ocho miembros del Sanedrín entre los cuales se encuentran, como compañeros de pupitres, José de Arimatea y Nicodemo.
 
Anás.- ¡El Gran Caifás y yo, el Gran Anás, hemos pedido esta reunión extraordinaria para dictar sentencia contra Jesús de Nazaret y condenarle a muerte de crucifixión como se hace con los ladrones!
 
Arimatea.- ¡Un momento! ¡Tengo que hacer dos aclaraciones! En primer lugar no podemos admitir una condena sin haber estudiado el caso por toda la Asamblea completa y aquí no estamos nada más que quizás la décima parte de todos sus miembros y, en segundo lugar, ¿podemos saber qué es lo que ha robado Jesús de Nazaret para ser condenado a crucifixión como si fuera un ladrón?
 
Anás (enfurecido).- ¡No es necesaria nada más que la décima parte para saber qué es lo que tenemos que decir en contra de ese falso mesías! ¡El resto de la Asamblea no quiere participar porque lo consideran innecesario! ¡En cuanto a lo de ladrón lo es porque nos ha robado la honra, el honor y la dignidad atreviéndose a llamarnos hipócritas delante del pueblo judío! 
 
Arimatea.- ¿Es que si lo hubiese hecho a escondidas como lo hacen muchos no tendría castigo alguno?
 
Anás (empezando a bacilar).- Esto... no es lo mismo... 
 
Arimatea.- ¿Y no es eso una hipocresía de las muchas que tienen los hebreos que ambicionan el poder?
 
Anás (intentando calmarse).- Explícate mejor, José de Arimatea, para poderte comprender. 
 
Arimatea.- ¿La verdad o la mentira? ¿Qué es lo que quieres escuchar para satisfacer tu ego?
 
Anás (enfadado de nuevo).- ¡Nada más que la verdad lejos de la mentira!
 
Arimatea.- Buena disyuntiva que se nos plantea ante una decisión definitiva. ¿Somos hijos de la verdad o somos hijos de la mentira? Estar embarcados en la memoria de los hombres más cultos de Israel nos debe conducir a un significado verdadero partiendo de un significante que sea también verdadero?
 
Anás (confundido por la demostración culta de José).- ¿Puedes explicarte mejor para ser comprendido?
 
Arimatea.- Si estamos en el Sanedrín es porque debemos tener suficiente conocimiento para estarlo.
 
Caifás (ayudando a salir del apuro a Anás).- Lo que te pedimos es claridad de ideas. 
 
Ariamtea.- Voy a ser claro. Una unidad no puede ser una dualidad o, dicho de otra manera, el resultado de una verdad no puede comenzar partiendo de una mentira. Eso lo saben hasta los niños de las escuelas. O partimos de un significante que sea una verdad o no llegamos a un significado que sea una verdad. ¿Eso es entendible?
 
Anás (itnentando controlarse).- Eso es entendible. 
 
Arimatea.- Entonces debemos saber que Jesús de Nazaret nos cuenta sus sueños con suficientes motivos para demostrarnos que Él es la Verdad. Ha sido capaz de detener el tiempo para conseguir que sus palabras sean las mismas en cualquier lugar y en cualquier época. Ningún otro profeta, de los muchos y muy sabios que ha habido, han conseguido lograr hacer realidad tal asunto. ¿Cuál es la verdadera respuesta para decir quién es Él?
 
Anás.- Esto... no tiene sentido buscar esa respuesta... 
 
Nicodemo (Defendiendo la tesis de José).- ¿Por que no sabemos cuál es la respuesta o porque la respuesta es tan evidente que no se quiere saber? Jesús siempre paga lo que tiene que pagar.
 
Caifás.- Los demás también lo hacemos. 
 
Arimatea.- Con la gran diferencia de que Jesús de Nazaret nunca paga con monedas falsas.  
 
Anás.- ¿Otra vez cuestionando nuestra honestidad?
 
Arimatea.- Escucha, Anás. Para que los sueños se hagan realidades, como consigue hacerlo Jesús de Nazaret, tenemos la oblifación de pertenecer a una tierra que nos permita soñar y eso no lo van a permitir jamás los romanos. Pero los romanos no pueden condenarle porque Él predica siempre que hay que dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. ¿Quién tiene poder para decirle a los romanos que son dictadores sin que se sientan ofendidos por ello salvo alguien superior a cualquier otro ser humano?
 
Caifás.- ¡Ambas cosas son imposibles de conseguir al mismo tiempo!
 
Arimatea.- ¡Pues Él lo consigue! ¡Luego es un ser superior y por eso podemos decir que sí es Hijo de Dios!
 
Anás.- ¿Cuál es la razón poderosa por la cual Él se autodenomina Hijo de Dios?
 
Arimatea.- Porque Él sabe de donde procede. 
 
Anás (encolerizado).- ¿Y los demás no lo sabemos?
 
Arimatea.- ¿Cuántos hijos tienes, Anás?
 
Anás.- Todos saben que tengo un total de cinco hijos. 
 
Arimatea.- ¿Sabes cuáles son sus nombres?
 
Anás.- Por supuesto que lo sé. Se llaman Eleazar ben Anás, Jonathán ben Anás, Teófilo ben Anás, Matías ben Anás y Anás ben Anás. Y todos ellos van camino de se sacerdotes. 
 
Arimatea.- De acuerdo pero... ¿sabes el nombre de sus madres?... 
 
Un silencio sepulcral se apodera de la escena hasta que Anás, respuesto del impacto de las palabras de José, brama-
 
Anás.- ¿Qué estás insinuando?
 
Arimatea.- Yo no insinúo nada que el puedo judío no sepa. Tanto tú, Gran Anás, como el Gran Caifás y mcuhos de los miembros de este Sandedrín tienen relaciones sexuales con rameras. Se relacionan con las meretrices usando el dinero y, por lo tanto, las dengiran hasta el límite de comprar sus servicios. ¿Cómo podemos saber de qué madres son todos tus hijos y los hijos de muchos de los que forman parte del Sanedrín? ¡El pueblo sabe que os relacionáis con rameras, meretrices y prostitutas de toda clase!
 
Caifás (fuera de sí por culpa del ataque de ira).- ¡También Jesús de Nazaret se ralaciona con ellas!
 
Nicodemo.- Pero todos sabemos que Jesús de Nazaret vive entre ellas pero no convive con ellas. Y eso le diferencia al resto de todos vosotros. Él considera a las rameras como mujeres con dignidad y nunca las prostituye. ¿Quién teniendo tantas ocasiones de hacerlo como las tiene Él es capaz de decir lo mismo en una sociedad tan corrupta como la nuestra? 
 
Anás.- Supongo que... no es comprensible... 
 
Arimatea.- Es comprensible si sabemos que el tictac del corazón de Jesús de Nazaret es diferente al tictac de cualquier otro ser humano porque nació de María y el Espíritu Santo. Muchos lo hemos visto latir a través de sus actos humanos y sabemos que sólo un ser también divino actúa de esa manera y logra hacer milagros que jamás nadie pudo imaginar. Si eso no es propio de un ser puro, ¿qué es entonces?
 
Caifás (intentando desviar el tema).- ¡Nosotros sólo sabemos que influye en las masas y eso es un peligro para la sociedad hebrea! 
 
Arimatea.- ¿Es un peligro porque resuelve todas nuestras inquietudes? Si no existiera su Verdad sería imposible saber cuál es la Verdad de sus actos que muchos ya quieren ocultar porque les está desnudando el alma. Cualquiera que tenga necesidad de ser tratado como una persona digna sabe que esa es la Verdad de Jesús de Nazaret. ¿Es por eso por lo que queréis condenarlo?
 
Anás.- Estamos intentando evitar la marea. 
 
Arimatea.- Si no existiera la marea no podríamos amar al mar; porque la marea es una parte de la verdad del mar y si no amamos todas sus verdades es que no lo amamos de verdad. ¡Eso es lo que nos está predicando alguien que sólo puede ser el Mesías Prometido del que nos habló Juan Bautista! ¡Amar a todos nuestros semejantes! ¿Cuál es el pecado que comete y que merece la crucifixión si sólo nos habla del Amor hacia todos y para con todos? ¿Algún ser humano anterior a Él ha sido capaz de predicar que hay que amar incluso a nuestros enemigos? ¡Si alguien sabe de alguien anterior a Él que lo haya ido predicando tanto a sus amigos como a sus enemigos que lo diga! 
 
Anás.- No recuerdo a nadie... 
 
Caifás.- Yo tampoco...
 
Arimatea.- ¿No será que Jesús de Nazaret no está tirando del corazón para sentir la verdadera vida de la salvación eterna?
 
Anás.- ¿Una salvación eterna dentro de la vida en esta tierra?
 
Arimatea.- ¡Tú lo has dicho! ¡Así que dejemos ya la hipocresía para ocultar que no conviene que ese sueño se haga realidad porque perderíamos muchísimos de los beneficios que obtenemos gracias a nuestros intereses egoistas! ¡Considero a Jesús de Nazaret el epicentro semiótico de nuestra vida en la Tierra! Con Él se puede navegar por todas las arterias de neustras existencias siendo mairneros en busca de nuestra salvación. Yo no lo dudo.
 
Nicodemo.- Yo tampoco lo dudo.
 
Anás (tremendamente enfadado).- ¡Basta ya de demagogias! ¡O salvamos nuestras costumbres o ese hombre nos convierte en juguetes en manos de las circunstancias!
 
Arimatea.- ¿De qué clase de circusntancias hablas?
 
Anás.- ¡De que perderíamos el poder de gobernar a nuestro pueblo! 
 
Arimatea.- Es sí que podría ser una solución para liberarlo... y creo que esa es la propuesta de Jesús de Nazaret... 
 
Anás (con profunda ira).- ¡He dicho que basta yade charla innecesaria! ¡De acuerdo con la Misná, el Sanedrín es el único tribunal con autoridad para atender asuntos de importancia nacional, tratar con jueces que cuestionan sus decisiones y juzgar a falsos profetas! ¡Así pues, Jesús debe ser condenado a la cruxifixión sea o no sea quien dice que es porque ha subvertido el orden de nuestra nación! 
 
Arimatea.- Todos sabemos que eso es mentira... 
 
Anás.- ¡Que lo decida la votación de todos vosotros! ¡Caifás y Anás dejamos en vuestras manos la decisión! ¿Quién levanta su brazo para condenarle?
 
De los ocho miembros del Sanedrín allí presentes cuatro levantan sus brazos pero los otros cuatro, entre ellos José de Arimatea y Nicodemo, no lo levantan. 
 
Arimatea.- ¡No podéis condenarle proque estamos empatados en la decisión y en caso de empate no se puede ejecutar una condena!
 
Anás.- ¡Está bien! ¡Pero se hará justicia cuando lo decida Pilatos! 
 
Arimatea.- ¿No os jactáis de que el pueblo judío es superior a cualquier otro pueblo incluyendo a los romanos?
 
Anás.- Prefiero no seguir hablando contigo... 
 
Arimatea.- ¿Tanto miedo os consume el alma?
 
Anás y Caifás se levantan airados y se marchas de la escena. Tras ellos salen los seis miembros del Sanedrín dejando solos a José de Arimatea y Nicodemo.
 
Nicodemo.- José... no creo que Pilatos tenga suficiente hombría... 
 
Arimatea.- Sé que Pilatos no va a ser lo suficientemente hombre...
 
Nicodemo.- Que Dios nos perdone a todos...
 
Arimatea.- A quienes creemos de verdad que Jesús de Nazaret es el Mesías Prometido es a quienes más nos debe perdonar... 
 
Nicodemo.- ¿Porque no somos capaces de evitarlo?
 
Ariamtea.- Porque no somos capaces de morir con Él. 
 
SE BAJA EL TELÓN
FIN DEL PRIMER ACTO.
 
ACTO SEGUNDO
ESCENARIO.- Salón de Recepciones del Palacio de Poncio Pilato. Éste se encuentra sentado en la parte izquierda y en la parte derecha, de pie, está José de Arimatea. Son las tres menos cuarto de la tarde y dos hercúleos esclavos nubios están, en pie, a cada lado de Poncio Pilato.
 
 
Pilato.- Me han dicho que te llamas José de Arimatea, que eres un hombre rico, un ilustre de esta ciudad y una persona honrada y buena; además de ser discípulo de vuestro Jesucristo pero de manera clandestina por miedo a las autoridades judías.
 
Arimatea.- ¿Miedo? ¿Esperanza? Algunos términos parecen tan usados a lo largo del tiempo, que comienzan a perder su sentido. Es el caso del miedo. Vivimos en una sociedad que aparenta haber vencido el miedo a todo, pero la realidad es que construimos corazones llenos de temor. Vivimos con miedo a lo que digan los demás, miedo al futuro, miedo a la enfermedad, miedo a la muerte, miedo a que se burlen de nosotros, miedo a perder nuestro trabajo. El miedo nos domina, nos paraliza, nos esclaviza. Nos enseña a perder la esperanza y nos convence de que nada tiene sentido. Se apodera de nuestra mente de tal manera que ya no somos nosotros mismos los que tomamos las decisiones, sino nuestro miedo. Hace años escuché una leyenda de un ratón que le tenía miedo a los gatos, así que pidió a un mago, ser convertido en gato para librarse de su miedo. En el mismo momento en que estrenó nueva personalidad de gato, descubrió que tenía miedo a los perros, y pidió ser un perro. Cuando lo consiguió, observó que tenía miedo a los tigres y pidió ser uno de ellos. Cuando lo fue, comenzó a tener miedo del cazador, así que pensó que siendo él un cazador se vería libre de temores, hasta que supo que el cazador sufría temor cuando su mujer se enfadaba. Cuando al fin consiguió ser mujer contempló horrorizado que gritaba lleno de miedo al ver a sus amigos los ratones. El mago le vio y le dijo “Tú no necesitas cambiarte en otra cosa, lo que necesitas urgentemente es cambiar tu corazón”. 
 
Pilato.- Veo que eres ingenioso, José. Verdaderamente ingenioso.
 
Arimatea.- Somos verdaderos cuando somos capaces de que nos ladren los perros por los caminos. A Jesucristo le insultaron porque tenían envidia de él  y,  sin embargo, se demostró que era el verdadero Hijo de Dios hecho Hombre.  El más grande personaje de toda la Historia de la Humanidad para toda la eternidad. Lleno de lucidez y de lucimiento, lo dos ingredientes necersarios para hacer callar para siempre a todos los envidiosos.
 
Pilato.- ¿Es que eres amigo de ese tal Jesucristo del que dices que es el Hijo de Dios hecho hombre?
 
Arimatea.- Uno de sus mejores amigos y uno de sus seguidores más fieles.
 
Pilato.- ¿Y cómo puede ser que un hombre tan rico y millonario sea uno de sus mejores amigos y uno de sus seguidores más fieles si, según creéis los que decís que es Dios, os negó la entrada al Paraíso diciendo que "es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que el que un rico entre en el Reino de los Cielos"?
 
Arimatea.- Jesucristo no despreció para nada ni a los ricos ni a los millonarios. No dijo que ningún rico o ningún millonario entraría al Reino de los Cielos sino que se estaba refiriendo a los que teniéndolo todo no tenían compasión de quienes no tienen nada. Debe saber, Poncio Pilato, que Jesucristo pertenecía a una familia rica y que Él era rico pero voluntariamente se hizo pobre para habitar entre los pobres y vivir la vida de los pobres para poder amarles mejor. Pero siempre tuvo las puertas de los ricos abiertas y, a lo largo de su vida, sí tuvo presencia entre los ricos. 
 
Pilato.- Pues no entiendo a vuestro Jesucristo. ¿Cómo es que alguien que lo tiene todo se dedica a vivir entre los que no tienen nada?
 
Arimatea.- Juego de la contraluz de lo contradictorio. Las nadas de los imperceptibles enfrentadas a las realidades yuxtapuestas. Filosofía de la perplejidad para poder conocer la voluntad del Dios Padre.
 
Pilato.- No entiendo esa filosofía.
 
Arimatea.- Del todo a la nada para luego llegar de la nada al todo. Ese fue el camino que anduvo mi amigo Jesús de Nazaret. Puede ser cualquier tiempo. Puede ser cualquier momento. Puede ser cualquier lugar. Alguien dijo: ”Si alguna vez le veis decidle que los mejores años de mi vida fueron los que pasé a su lado”. Puede ser cualquier instante. Puede ser cualquier circunstancia. Pude ser cualquier acción. Me subo de nuevo a la nube de mi memoria. Soy el mismo que pasea de un tiempo a otro, de un momento a otro, de un lugar a otro instante, circunstancia o acción. Dejo descansar mis recuerdos para convertirme en silencio que descansa entre la afilada hora de las tres menos cuarto de esta tarde en donde todo está por llegar porque todo ya ha llegado. Estoy aquí, junto a ti, pero no me puedes ver quizás porque tal vez te hayas acostumbrado a no sentir. Todo es diferente pero todo es recuerdo que se hace realidad. Y a esta hora de la tarde de un día cualquiera puedo ser quien tú quieras que sea menos esclavo de ninguna condición. Si estoy liberado es porque no fuerzo a nadie a estar conmigo. Todo es diferente ya. Estoy donde descansan los que siguen caminando al lado de su estrella favorita. Y no la voy a abandonar por ningún tiempo, por ningún momento, por ningún lugar y por ningún instante, circunstancia o acción. Ella me alumbra y soy porque estoy alumbrado por ella. Quien quiera saberlo que mire solamente al horizonte. ¡Así es la grandeza de Jesús de Nazaret! 
 
Pilato.- ¡No sigas intentándolo, José! ¡Soy un prefecto romano y no os comprendo y no os voy a comprender jamás! Así que abreviemos el asunto y dime ya a qué has venido ante mí. 
 
Arimatea.- Voy a ser claro y concreto. Tengo tanto dinero que pose una tumba para cuando me muera; así que lo que quiero pedirte es que me entregues el cuerpo de Jesucristo crucificado para enterrarlo en mi ella. Es lo menos que puedo hacer por Él. Es mi propa tumba y puedo hacer con ella lo que quiera sin faltar a la ley. 
 
Pilato.- No puedo darte el cuerpo de vuestro Jesucristo. Es ley romana que los crucificados pasen tres días en la cruz para ser picoteados por los buitres y, después de eso, ser arrojados todos ellos a una fosa común. 
 
Arimatea.- No voy en contra de vuestras leyes pero existe una ley superior a todas las leyes y qué Él estuvo predicando sin cesar. Se llama la Ley del Amor. Por eso os pido su cuerpo. Por Amor. ¿Acaso un prefecto romano no puede saber lo que es el Amor hacia los demás?
 
Pilato (pensativo).- Sigo sin entenderlo. Si tanto amábais a vuestro Mesías Prometido, ¿por qué preferisteis que dejara libre a Barrabás y condenase a Jesús de Nazaret si éste era el hombre más bueno de la tierra y Barrabás era el peor delincuente de Israel?
 
Arimatea.- Es la envidia la que destruye el alma de los seres humano, La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque el hambre se puede combatir ya que sólo es corporal peroel alma, cuando se pudre, no puede sanarse jamás. El envidioso sólo se destruye a sí mismo y, por desgracia para ellos, Jesucristo desperto muchas envidias entre los que más tenían que agradecerle. 
 
Pilato.- Ahora hablas muy bien, José... pero cuando tu Jesucristo estuvo vivo y estaba siendo acosado y perseguido... tuviste miedo de hacer público que era seguidor de él. 
 
Arimatea.- Reconozco que tuve miedo pero nunca fui un cobarde y nunca renegué de Él. Muchos sabían que yo era cristiano y nunca dije que no lo fuera. Solamente guardé silencio cuando debí haber hablado. Tuve miedo y por eso quiero que su cuerpo descanse en mi tumba. 
 
Pilato.- Si yo tuviera miedo no habría llegado a ser prefecto romano. 
 
Arimatea.- Puedes llamarme miedoso pero nunca cobarde. Tú no tienes miedo pero eres mucho peor que un miedoso puesto que demostraste ser un cobarde al condenar a un hombre que sabías que era inocente. 
 
Pilato (nervioso).- ¡Basta, José! ¡Desde que mandé que le crucificaran no puedo ni tan siquiera dormir! ¡A donde quiera que vaya y en dondequiera que esté mi conciencia no me deja vivir en paz! ¡Haz el favor de callarte!
 
Arimatea.- Te lavaste las manos pero tus manos nunca dejarán de estar manchadas de sangre de un inocente y por mucho que te las sigas lavando jamás podrás borrar de ellas esas manchas.
 
Pilato (echando manos a su cabeza).- ¡Basta! ¡Basta ya! 
 
Arimatea.- Tuviste su vida en tus manos pero tus manos prefirieron el crimen antes que la justicia.
 
Pilato (sigue con las manos en su cabeza).- ¡He dicho que basta ya! 
 
Arimatea.- ¿Quién es tu dios, Poncio Pilato? ¿Quié es tu dios supremo y qué te dice tu dios supremo sabiendo lo que has hecho?
 
Pilato (fuera de sí).- ¡Está bien! ¡No me atormentes más! ¡Coge el cuerpo de tu Jesucristo y entiérrale en tu propia tumba! ¡En realidad no estás infringiendo ninguna ley romana y los romanos no tenemos nada que ver con vuestros asuntos religiosos!
 
Arimatea.- No es religión sino Amor. Es lo que nos enseñó Él. Son los religiosos y la envidia de los religiosos quienes te obligaron a crucificarle. El pueblo sólo guardó silencio y esa es nuestra cobardái,  pero quizás tengas tú alguna oportunidad de salvación por el hecho de dejar que me lleve su cuerpo.
 
Pilato.- Bien, José... según vuestro Dios yo no tengo ya salvación... así que espero que me dejéis vivir en paz y no me mezcléis más en vuestros asuntos sean religiosos o no sean religiosos... ¡ni me importan ni estoy interesados en ellos!...
 
Arimatea.- ¿Sólo buscas la grandeza en esta vida?
 
Pilato.- Con un poco de suerte sí.
 
Arimatea.- Gracias por entegarme el cuerpo de mi Jesucristo pero, antes de irme para siempre de tu vista, debes saber algo que he aprendido de Él: en los pequeños corazones, cuando son de verdad, es cierto que está la mayor grandeza que existe.
 
José de Arimatea sale de la Sala y Poncio Pilato cae de rodillas al suelo con las manos en su cabeza. 
 
Pilato.- ¡Júpiter! ¡Oh, gran dios Júpiter! ¿Qué es lo que he hecho? 
 
SE BAJA EL TELÓN.
FIN DEL SEGUNDO ACTO.
 
ACTO TERCERO
ESCENARIO.- Casa de José de Arimatea. Éste y Nicodemo acaban de terminar de comer y están hablando, completamente solos, sentados ante la mesa. A la derecha del escenario José y a la izquierda Nicodemo.
 
Nicodemo.- ¡Ha resucitado, José! ¡Ha resucitado y muchos hombres y mujeres no sólo le han visto sino que han podido hablar con Él!
 
Arimatea.- Como predijeron las Escrituras, al tercer día resucitó de entre los muertos.
 
Nicodemo.- ¿Su muerte era necesaria, José?
 
Arimatea.- ¡Gracias a su muerte tenemos la ocasión de poder salvarnos! ¡Dios es Grande! ¡Jesucristo ha vencido a la Muerte y Sartanás no puede hacer nada a quienes nos cobijamos bajo la sangre de Cristo! ¡Esa es la gran noticia de su resurrección! ¡Hasta el siempre dubitativo Tomás ha quedado convencido!
 
Nicodemo.- Cuando en la cruz dijo: "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen" no sólo se estaba refiriendo a los religiosos y a los romanos sino a todos los hombres y mujeres de la Tierra.
 
Arimatea.- Exacto, Nicodemo. Su Reino se ha extendido por todo el mundo. ¡Esa es la Gran Victoria de Jesucristo! ¡Eso es lo que Satanás no ha podido impedir! ¡Y eso es lo que nos ofrece la plena garantía de que Él, y sólo Él, es el Camino, es la Verdad y es la Vida! 
 
Nicodemo.- Durante cuarenta días ha estado entre nosotos antes de ascender al ciuelo y sentarse a la diestra de Dios.
 
Arimatea.- ¿Sabes lo que significa sentarse a la diestra de Dios?
 
Nicodemo.- ¿Simple casualidad?
 
Arimatea.- Nada de casualidad de ningún tipo. ¿Recuerdas al ladrón que se arrepintió de sus pecados en la cruz y le pidió que contase con él para estar en el cielo?
 
Nicodemo.- Lo recuerdo. Y recuerdo al ladrón que se mofó y se burló de él.
 
Arimatea.- Piensa, Nicodemo. ¿Dónde estaba cada uno de ellos?
 
Nicodemo.- El bueno estaba a su derecha y el malo estaba a su izquierda.
 
Arimatea.- ¡Esa es la respuesta verdadera! ¡Volverá algún día para separar a los buenos de los malos! ¡A los buenos los colocará a su diestra y a los malos los colocará a su siniestra!
 
Nicodemo.- ¿Es por eso por lo que a la izquierda se la llama siniestra!
 
Arimatea.- ¡Exacto, Nicodemo! ¡Es por eso por lo que la derecha es la diestra y la izquierda es la siniestra con todo lo que ello significa! ¡Tiene mucho significado saber esto porque vendrán hombres buenos, de los de la derecha, a predicar que Él es Dios; y vendrámn muchos hombres malos, de los de la izquierda, a negarlo para decirno que Dios no existe! ¿Comprendes ya lo que todo esto singifica?
 
Nicodemo.- Lo comprendo, José, lo comprendo. 
 
Arimatea.- ¿Sabes lo que sucedió cuando Pilato sorprendió que Jesús ya estuviera muerto?
 
Nicodemo.- Dicen que llamó a un centurión pàra confirmarlo y que el mismo centurión dijo sin miedo alguno "En verdad que este Hombre es el Hijo de Dios". Muchos de nosotros los judíos seguirán negando que Jesús es Dios pero muchísimos más de los que llamamos extranjeros lo reconocerán y predicarán su Palabra por el mundo entero. Lo que no me explico es por qué se apareció primero a las mujeres.
 
Arimatea.- Quizás porque las mujeres no le aman más que los hombres pero le aman mejor que los hombres.
 
Nicodemo.- Estoy seguro de que eso convierte a las mujeres en superiores ante los ojos de Dios; no porque los hombres sean de rango inferior sino porque la Fe arragia antes en un corazón femenino más que en un corazón masculino. Si los corazones representan nuestra sensibilidad humana hay que reconocer que las mujeres son más sensibles que los hombres y por eso aman a Dios mejor que los hombres.
 
Arimatea.- Jesucristo no rechaza a nadie pero fueron las mujeres las que estuvieron al pie de la cruz mientras nosotros los hombres nos escondíamos para no ser perseguidos. Ellas no tuvieron tanto miedo como nosotros y por ello no les da preferencia alguna pero sí les da prioridad. 
 
Nicodemo.- De esta realidad incostentable se desprende la enseñanza de que hay una cosa bien cierta: que en la vida tenemos que abrir siempre el primer espacio a las prioridades para luego ir rellenando con otras circunstancias todos los para qué de nuestras existencias. Todos los creyentes vamos a poder pasar al Cielo pero las primeras serán las mujeres porque nos han dado un verdadero ejemplo de fidelidad. Jesucristo abandonado por los hombres nunca fue abandonado por las mujeres. Quizás muchos hombres deberían dejar de sentirse tan hombres para empezar a sentirse más humanos.
 
Arimatea.- Mientras los hombres tradicionalistas, esos que se creen puro machos por encima de todo, niegan que las mujeres estén capacitadas para predicar las enseñanzas de Jesucristo resulta que es Jesucristo mismo quien las envía en primer lugar para que lo hagan en su nombre. El machismo hará mucho daño a la Humanidad y sobre todo el machismo de los de la izquierda; mientras en los de la derecha las mujeres serán mucho mejor consideradas.
 
Nicodemo.-Cierto es que los de las izquierdas se creen incluso dioses superiores ante las mujeres y ante los demás. Por eso son tan duros de corazón.
 
Arimatea.- Es por eso por lo que Jesús les dijo a sus discípulos: "aprended de mí que soy manso y humilde". Eso es algo que muchísimos machistas de las izquierdas no lo pueden cosiderar como una postura ante la vida. Por eso son tan siniestros y capaces de negar a Jesucristo como Dios antes que renunciar a sus poderes machistas.
 
Nicodemo.- José... ¿cómo sabes tú tanto de la vida de Jesús?...
 
Arimatea.- Por algo que muchos no conocen. No sólo soy el mejor amigo de Jesucristo, entre los ricos y millonarios de esta tierra, sino que soy el hermano menor de Joaquín, el padre de la Vigen María, lo que me convierte en tío abuelo de Jesús. Me convertí en tutor del nazareno después de la temprana muerte de José, el esposo de María con quien tuvo más descendencia humana: cuatro hijos y tres hijas. Pero Jesús, que es primogenito de María es unigénito de Dios. Por estas cosas pelearán muchos hombres y mujeres de esos que son incapaces de reconocer verdades escritas en la Palabra de Dios.
 
Nicodemo.- ¿Y qué tienes de recuerdo de Jesús de Nazaret?
 
Arimatea.- Será un secreto que muchos buscarán en sus afanes de querer ser protagonistas pero no lo descubrirán hasta que Él vuelva. Se trata de "El Santo Grial" y muchos caerán en la locura por querer encontrarlo. 
 
Nicodemo.- Su resurreccion me da ánimo para ir por el mundo a predicar las palabras que Él nos enseñó. A mí no me interesa una copa de más o una copa de menos sino saber que Jesucristo es el Camino, la Verdad y la Vida y que sólo a través de Jesuscristo se llega a Dios Padre.  
 
Arimatea.- Yo también, Nicodemo. Ya también voy contigo.
 
Salen los dos del escenario.
 
SE BAJA EL TELÓN.
FIN.  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
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Foto del autor José Orero De Julián
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Entremés teatral cristiano

Palabras Clave: Literatura Prosa Teatro Entremés Narrativa Cultura Conocimiento Instrucciones Realidad Verdad Fe Cristianismo.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



Comentarios (4)add comment
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José Orero De Julián

Gracias José Miguel. Yo soy feliz escribiendo Teatro Cristiano porque agradezco a Dios el don que me ha regalado. Me parece que es la mejor manera de agradecérselo. Soy cristiano por razonamientos pero, sobre todo, por Fe. Un abrazo cordial y gracias por leer. Lo más importante de un escritor es que sea honrado consigo mismo. Eso es lo que estoy haciendo. Que Dios te bendiga y tengas éxitos en la vida. Te lo deseo de corazón.
Responder
June 21, 2017
 

Jose Miguel Saavedra Garcia

El libreto está muy bien, describe la bondad de Jesús de Nazareth.
Responder
June 20, 2017
 

José Orero De Julián

Y sólo a través de Jesucristo se puede llegar hasta el Dios Padre.
Responder
June 20, 2017
 

José Orero De Julián

Jesucristo es el Camino, Jesucristo es la Verdad y Jesucristo es la Vida.
Responder
June 20, 2017
 

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