VALOR DE SER HUMANO...
Publicado en Jul 27, 2017
Efectivamente dos de las enormes diferencias materiales entre el hombre y la
mujer lo constituyen la gracia de la belleza física y el don Divino de la maternidad, ambos tan efímeros como ilusorios en la medida en que están definidos según parámetros establecidos por exigencias sociales y conceptos culturales a todo lo largo y ancho del planeta. La cuestión es que, aunque la inmensa mayoría de mujeres cumplen con estas dos condiciones también hay unas pocas a quienes nos han sido negadas; una u otra o por partida doble, en algunos casos. En este ultimo escenario sin la belleza física y sin la maternidad, entonces sobre qué concepto calculamos el valor de esta mujer?; y si estos fueran los únicos valores de la mujer, entonces aquellas que carecen de ambos, no tienen valor alguno? Cuál es el valor de la mujer que además de fea tampoco se realiza como madre?. Pues mucho más allá de cualquier condición sexual, mucho mas allá de todas las diferencias visibles al ojo humano, independientemente de toda circunstancia física o material, el valor del hombre y la mujer radica primordialmente en su esencia meramente humana, en su origen puramente Divino; todos inclusive los reyes y los súbditos compartiendo el mismo origen y el mismo final, donde lo único que cambiará en ambos casos, origen y final, serán los aditamentos físicos, las vasijas a que cada uno tenga acceso dependiendo de su situación económica y de sus merecimientos y reconocimientos sociales. Por esa razón en el mundo tiene que haber espacio para todos en la misma proporción, el universo entero está diseñado para dar cabida a todas sus diferencias, en él cabemos todos; todos tenemos la capacidad de enseñar a todos y todos tenemos la necesidad de aprender de todos; teniendo siempre presente, a lo largo y ancho de la vida, a través de toda relación y en todo lugar y cualquier actividad, que en el mismo origen y el mismo final nos encontramos y nos identificamos todos, aunque nos pasemos el espacio de vida comprendido entre ellos, principio y final, buscando y viviendo solo las diferencias.
Página 1 / 1
|
Federico Santa Maria Carrera
Me queda, estimada Magnolia Stella, felicitar tu modesto escrito que perfectamente se puede escribir en bronce.
Con afecto,
Federico Sta. María C.
Magnolia Stella Correa Martinez