Destellos grises
Publicado en Aug 23, 2017
Expansión espectacular de multicolores, ilumina el África, ilumina la Antártida, ilumina el mundo, pero te pido desde el primer rinconcito de mi ser, prende más aún la pequeña luz que titubea, y haz que el sonido al igual que las luces del árbol de navidad se muevan en una constante, junto con el roce de los cubiertos que estoy ocupando para comer. Mi cara está ausente, no existen muecas, sin embargo, mi cuerpo expresa contradicción con el movimiento de mi pierna, aparentemente existe vida, y de seguro que sí, porque mi alma sigue gritando, inclusive con gárgaras mientras sigo tomando el agua. Son Intentos vagos, perezosos como estos pies que sacaré a pasear precisamente al dejar el último plato seco en la despensa, luego de que aquellos trozos de comida se deslizaran por mis labios, acariciaran mi campanita como Iglesia por los domingos, y bajaran al igual que un montañista hasta mi estómago.
No te espantes, sé que las luces no están prendidas, en esta Ciudad siempre vivimos en oscuridad para respirar nuestras almas, porque si bien no contamos con energía, la estamos creando en nuestro centro de estudios, así que por ahora los espíritus asoman como luz por los cielos, ¿puedes divisarlo? cierra los ojos y siente aquello como un beso del espíritu que sientas prende la luz en la ciudad de tu oscuridad. Existen muchos habitantes en este pequeño pueblito, somos como un montón de depredadores tratando de marcar la fuerza de nuestros dientes en este pequeño gran músculo. Ven, acércate, ¿ves que apenas me sale la voz? Quiero susurrarte, pero sólo queda la sensación de mis labios moviéndose, sin balbuceos y mucho menos palabras. Caminemos un poco más, pero con cuidado, ya que al pisar se rompe el suelo al igual que un espejo, se triza, es frágil y a cada paso una mancha gris se posa, pero ¡no tengas miedo! Ven toma mi brazo, yo te estoy cuidando, además mira que complaciente, las flores están denotando sus ganas de abrirse y mostrar su belleza. Que genuino el pasear, quiero encontrar un camino distinto esta vez, sin importar donde llegaré o si pierdo la cabeza. En el bolsillo llevo un par de dados, por cada número par caminaré a la izquierda y por cada impar a la derecha, supongo que en alguna dirección distinta acabaré el día de hoy. Ya no reconozco la zona en la cual voy pisando, y el suelo ya no se vuelve gris, mantiene su tono negro. Un mal cálculo me ha hecho caer, he llegado a trizar el espacio, espero nadie me haya divisado en semejante travesura que dictó la pequeña locura del pequeñín ser que habita ahí en la mente. Ahora de pie, sigilosamente no avanzo, realmente me he perdido, y a mi alrededor no se encuentra ni siquiera la sombra de un espíritu para preguntar por indicaciones. Me pregunto ¿ y si vienes tú? Ven, acércate, no tengas miedo, yo ya he trizado, sólo pisa lentamente, un poco mas, deja que la lectura se adentre en tí también. Te ves totalmente blanca, creo que tú eres de otra Ciudad, ¿no? Yo estoy totalmente oscura, quizás es mejor no tocarnos. Espera, ¿qué haces acercándote? Podemos causar problemas, pero está bien, acércate y tal vez sólo si lo apruebas con tus ojos de nieve cálida, podré acariciar tus mejillas, y apreciar con menos vergüenza tu apagado por el cansancio, pero interrumpido por el momento. Mis pies están congelados, creo que has visto que no uso zapatos, y aún así la superficie se vuelve gris, en cambio tú eres más ligera, y te mueves como artista haciendo danzar el pincel en un lienzo blanco como tus ojos, y cálido como el color rojo que está usando el artista para ilustrar al personaje que yace atrapado en la futura obra de arte, que por cierto, ya es arte. Espera, ¿por qué pones tus manos en mis mejillas? Debes parar, el blanco con el negro, no crean un color netamente claro, ¿acaso quieres oscurecerte conmigo? ¡Aléjate! Da cuatro pasos atrás, no olvides que es sólo un paseo por la oscuridad, sólo te muestro mi realidad, sin más, sin esperas, sin aplomos, así que da tres pasos atrás. ¡No! ¡He dicho que sin juegos, la sombra se acerca incluso hasta mi músculo principal, da dos pasos atrás. Eficiente sonrisa que tienes, los espíritus te envidian, lo siento, por eso no mires hacia el cielo que podría quebrarse como el suelo, da un paso atrás. Déjame sacar desde mi sombrero los pétalos negros, quiero dejarte un recuerdo, ven toma estos en tus manos, y sin miedos te digo, da un paso hacia adelante, no quiero que estés triste. Ahora que mi brazo realmente te rodea y que soy yo quién acaricia tus mejillas, no siento la necesidad de hablar, pero aún así, pese al descubierto de este gris y feliz sentimiento, debemos despedirnos, puesto que caeremos al abismo. Fue ahí cuando el suelo se terminó por romper, y los espíritus entre risas envidiosas nos vieron caer al vacío mas completo, mientras las rosas negras se volvían grises, anunciando la llegada de una nueva estación. No olvidemos que sólo soy un corazón, aunque perdiera la cabeza del corazón, sigo igual de completo por amor.
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