Ayer desperté de mi error:
Súbitamente me hallé en mi decadencia.
Tarde semanas en hacerlo:
Me movía en una ilusión estilizada.
Tenía la mirada rojiza y perdida
puesta en otros rumbos y otros anales.
Mi mente no era mi mente espaciosa:
Se había confinado a sus caprichos.
Estaba prendido a un relato
y trataba con besos color fucsia.
Era yo más vano que los vientos
y pensaba sólo en mi concupiscencia.
Me arrebataban las pasiones rastreras
y con muchas almas fuí intolerante.
Mis manos se adherieron a los cuerpos
tocando sus francas estructuras.
Andaba yo en locura y extravío:
No le dí importancia a lo importante.
Dejé que mi corazón me llevara
y me permití a mí ser permisivo.
íba yo entre besos caudalosos
ignorando el luto de lo ténue.
Arañaba los corales de fuego
que bajo mis manos se entreabrían.
Logré ser agonía y logro
y estaba yo feliz entre mis pasos.
Pero me desperté del viaje condenable
tendido en las orillas de lo ambiguo.
No quisé más seguir en injusticias:
Los malestares llenaron mi semblante.
No medité en pieles blancas y tostadas
me dí a todas por igual y era una.
Hoy firmo la renuncia de mis daños
y rompo con semanas de locura.
Dejo por igual a todas en su vida
y me incorporo a vivir comprometido
en un camino que se hizo andariego
pero hoy recupero para siempre.