Cuentan que una vez el diablo se enamoró, cuentan que aunque ella no era la más hermosa, para él era de una belleza divina.
Dicen que el infierno se congeló, porque el diablo ya no hallaba placer en torturar almas en pena.
Y cuentan que Dios lloró de alegría al verlo, ya que veía que el que había sido su hijo favorito era feliz sin más pretensiones.
Cuentan que ella lo amaba de una forma tan intensa que incluso Cupido pensaba que todo el amor que él podía proporcionar estaba acaparado.
Dicen que los humanos, al ver aquella extraña pareja, se giraban para verlos pasar, intrigados por aquella intensa forma de amar.
Dicen que durante muchos años el diablo mostró su amor sin tapujos.
Pero no todas las historias tienen un final feliz, y cuentan que los ángeles, envidiosos de ese puro amor, separaron a la pareja de la forma más cruel que pudieron.
Cuentan que los ángeles, en su inmensa envidia se revelaron a los humanos y la señalaron a ella.
Dicen que los ángeles no solo rompieron ese puro amor, sino que ganaron una santa.
Cuentan que el diablo vuelve a estar en su trono, torturando almas en pena, pero dicen que él, en secreto venera una sola santa.