Él: Me has abandonado...


Ella: Tu me abandonaste... No lo recuerdas?


Él: Cuando?


Ella: El día que dejaste simplemente de estar presente, el día que después de ilusionarme me dijiste que no podías prometer nada, el día que apagaste mi corazón con tu frío. Pudimos estar juntos y no quisiste.


Él: No sabía cómo te ibas a sentir.


Ella: Como estás? Que son esos estados?


Él: Nada en realidad, lo desvíe para  ese lado porque extraño el sexo con vos.


Ella: No digas esas cosas por favor.


Él: Porque? Me vas a decir que no pensás?


Ella: Un día de estos me vas a matar. No puedo negar que no hay un día que me acueste y me levante sin pensarte.


Él: (envía frases) ...ahora estarías acostada conmigo en mi balcón.


Ella: Pero estoy aquí.


Él: Vení! Te quiero acá Ya!


Ella: Puedo volar con la imaginación.


Él: Sii... Te quiero para mí. Sos mía?


Ella: Siempre te pertenezco. Siempre serás mi buen amor.


Él: (caritas)


Ella: Hasta mañana. Sabe que siempre te voy a amar. No sé qué pretendes de mi con todo esto qué haces... Me gustaría saberlo un día.


Él: Pero no puede ser que otra vez te vuelvas a confundir!!! Yo no te prometí nada.


Ella: Es verdad, nunca prometiste nada, solo me hiciste creer en tu juego sucio de un amor del que no sabes nada. Para que me ilusionas con tus prosas, tus canciones y tus flores? Para que arruinar la amistad que teníamos con esto? Porque involucras sentimientos que no sentís. Si sabes que te amo... Para que me haces sufrir!
 
En ese mismo instante ella decidió alejarse... Dolió al principio, pero dentro suyo supo que era lo mejor para los dos. Entonces desapareció de su vida y le dijo Adiós. Porque cuando una persona sigue buscando persuadirte sin importar tus sentimientos, cuando una persona no acepta el amor que eres capaz de sentir, y lo manipula a su antojo, esa persona lo seguirá haciendo día a día sin fin. Ella supo que era mejor así. Y le regaló ausencia infinita.


Crónicas de amores perversos.