Completamente mia
Publicado en Jan 15, 2018
La pusieron en mis brazos. Jamás habían contemplado tanta belleza mis ojos. Mirarla allí era como encontrar las respuestas a todas mis preguntas. Tan diminuta, tan dulce, tal real y a la vez tan mística, tan llena de magia y ficción. Posé mis ojos en los suyos y reconocí el iris de alguien a quien amé más que la vida misma, y comprendí al instante que la amaría más de lo que jamás imaginé, porque lo curioso del amor es que no tiene una medida, y siempre puede apuntar a más. En ellos divisé toda una vida a su lado, una vida que desde ese momento estaría completa solo con su sonrisa. Sonreí porque al mirarle en mi interior se afirmaban verdades que nunca antes había comprendido, y la idea de dar mi vida por otro ser resultaba tan lógica como respirar. Me deleité en su rostro, en el castaño color de su pelo, tan propio de mi como mi piel. Dulce piel la suya que dejaba vez su delicadeza, ese rubor en sus mejillas y esa luz que salía de ella como el sol, dando calor a cada célula de mi cuerpo. Me hipnotizó su hermosura, me cegó su paz y su perfección. Y me enloqueció la creciente sensación de extrañarla. Porque al despertar sin tenerla a mi lado entendí que a partir de ese sueño jamás dejaría de sentir esa emoción en mi estómago al recordarla, y más aún jamás dejaría de esperar por volver a tenerla en mi pecho, la extrañaría todos los días que tardara en llegar, pero esperaría paciente, aun sin la certeza de su existencia, aun con la incertidumbre de su físico, aun con la ilusión que podría nunca ser realidad, a pesar de todo la esperaría porque jamás cosa sobre la tierra me haría sentir lo que esos ojos azules causaron con tanta agilidad, esperarla seria bendición y cuando el momento finalmente llegara le diría que la amo, que la ame desde que en sueños apareció por la gracia de un ángel, mirándome con los mismos ojos de mi padre, devolviéndome a un lugar donde nunca antes había estado y sin embargo conocía, mostrándome el color del amor, el aroma y su sabor. Ella, inocente e indefensa pero mía, completamente mía.
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Mara Vallejo D.-
Hay tanto amor y se percibe tanta realidad en los versos, que llegué a pensar era cierta su llegada y tu felíz la esperabas.
Corazón arrugao el mío!!!
Abrazos
Lucia Alfaro
luis jos
Luisjo.
Lucia Alfaro
Gustavo Adolfo Vaca Narvaja
Felicitaciones Lucía
Lucia Alfaro