Esencias
Publicado en Jan 24, 2018
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ESENCIAS
Vacaciones de navidad. Parece otra ciudad: la misma avenida, pero sin coches; los mismos lugares, pero cerrados; el mismo aire, pero ligero. Esta noche una persona con un costal corre sobre los tejados, tan sutilmente que ni los gatos la notan. Al saltar de una casa a otra hace un pequeño ruido; no hay grandes consecuencias, sólo un grillo deja de chillar. Ágil y valiente, camina sobre una cornisa que la sostiene de una caída mortal. Entra por una ventana, prende la luz... ¡Es una anciana! Avienta el bulto en la cama y se mira al espejo. Hace pucheros, mientras se retoca las plastas de maquillaje. Un pequeño movimiento del fardo la alerta, por lo que voltea hacia él y lo mira guardando el aliento, como si lo retara a moverse de nuevo. Desata el lazo y ve el interior del costal... Suspira aliviada. Todo va conforme al plan. Sacude bruscamente el fardo para sacar su contenido. Sobre la cama cae una niñita anestesiada. La desnuda. Con su ropa viste una de sus tantas muñecas de trapo; una vez vestida, le da un beso y la acomoda junto a otras. Amarra a la pequeña de pies y manos en la mesa de su comedor, de tal manera que forma una equis con su cuerpecito; cambia sus guantes de piel por otros de látex; se cubre con gorro y tapabocas; coge un bisturí y demás utensilios. Entre las piernas abiertas de la niña comienza a operar. Con sumo cuidado retira el himen de la criatura. Lo encapsula al vacío; lo etiqueta con los datos pertinentes y lo archiva en un álbum. Cuando la niña despierta, ve a la carantoña llenar una jeringa. Le pregunta en dónde está y si es la enfermera del Doctor Raúl, y en donde se encuentran. Le responde –estás en el mejor lugar. He rescatado su esencia. La conservaré eternamente. Nunca será rasgada ni maltratada por los hombres y sus demonios. Ya podrá morir en paz–. La niña llora; la vieja inyecta. La pequeña despierta en un callejón. Desnuda, con dolor de cabeza y con un intenso frío. Comienza a gritar para que la socorran. Unos hombres acuden a su rescate. La llevan con sus padres. Una semana después, cuando los padres de la niña reclaman en el Ministerio Público por la ineficacia de las investigaciones periciales, las autoridades se salen por la tangente. Un secretario les dice –La niña está bien. Cierto, la raptaron, la desnudaron, pero no pasó nada. Todos los análisis han sido negativos. El padre, encolerizado, exige que investiguen. El comandante lo intenta tranquilizar –Señor, trabajamos intensamente, pero estamos sobre saturados. Tienen prioridad los casos que se ven feos, que se ven grotescos. ¿Entiende? La chiquilla parece no tener trauma alguno, sólo que ya no juega con muñecas. La carantoña saca sus artículos de mercería y prende la iluminación de su nacimiento. Mientras bebe de una taza navideña, sucia de lápiz labial, fabrica otra muñeca de trapo. Aún en la luz todo es oscuridad, si nadie quiere ver.
 
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Foto del autor Luis Alejandro Rodrguez Sotres
Textos Publicados: 30
Miembro desde: Jan 15, 2018
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Descripción

Terror

Palabras Clave: Terror anciana virginidad

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Terror & Misterio



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