Pensamiento de una noche de febrero
Publicado en Feb 05, 2018
Iba a escribir de título “lo que siento por tí” como si fueras tú la razón de cómo me siento, eso no es así, la gente se siente como se siente por sí misma y no por los demás.
Entendiendo esto, si me siento mal es por mi causa y si me siento bien es por mi causa, ya que hay gente de todo tipo sobre la que no tenemos control pero sí que tenemos control de algo, de nosotros mismos, al menos de nuestro más íntimo ser, más allá de nuestra piel, de nuestro crecimiento, metabolismo de nuestras células y ADN. Así, me puedo olvidar de cómo me siento cuando pienso en ti, pensando en otra cosa. Puedo bailar, beber, cantar, trabajar, tocar algún instrumento, drogar la mente… drogarme no es evadir, es simplemente darme cuenta de que no es sano estar triste todo el tiempo ni dedicarle horas a algo que no es tan productivo ni me hace bien en mi vida mundana… Cuando pienso en ti, me pongo triste y feliz, me dan ganas de llorar y de bailar y también ansiedad… hay varias facetas, me duele que no me quieras pero me emociona pensar que si puede ser así (hay un universo de posibilidades) y todo junto me hace sentir viva. Es mejor amar y sufrir que no sentir nada y vivir por nuestras responsabilidades… el amor te hace darte cuenta que la vida no es sólo trabajar, comer, bañarte, lavar… todo lo cotidiano pierde importancia, amar nos vuelve más espirituales. Aunque la gente te diga que debes poner los pies sobre la tierra, por qué??? Ojalá me pudiera concentrar en lo que siento por un día entero sin tener presiones sociales… supongo que por eso la gente se enfada conmigo, porque en esta sociedad, cada vez más globalizada, muchas veces la gente no entiende porque prefiero estar sola que con ellos, aunque los quiera. El secreto es que nunca estoy sola… estoy conmigo y con Dios. A veces, me gusta estar enferma, sentirme triste… es una excusa para estar conmigo misma y tengo tiempo de analizar las cosas que me pasan, mis objetivos y mi relación con Dios. Cuando estoy enferma, triste, desganada, enamorada… no me apetecen las cosas terrenales.. no me apetece trabajar y a veces, mi cuerpo me lo impide hasta el punto que literalmente no puedo. Cuando llega ese momento, me dejo de sentir culpable por no hacer esto o aquello, por no atender personas… es cuando digo, necesito espacio para mí, para mejorar, para crecer… es cuando me acuerdo de Dios y le pido por mejorar mi situación y cuando esto pasa… me acerco a Él y mi vida se llena de maravillas de nuevo… a veces es como si volviera a nacer. A veces disfruto tanto de mis momentos de soledad, casi siempre obligados, que cuando vuelvo es como volver de unas vacaciones maravillosas donde te divertiste y te enamoraste y saber que otra vez es lunes y todo acabó, entonces me vuelvo a deprimir y drogo mi mente con responsabilidades de nuevo y dejo de vivir por un rato, que pueden ser días, meses o incluso años. Es bueno amar, en su justa medida, el problema es que casi nunca parece así, o parece mucho o parece poco, aunque siempre es lo que es y por tanto es perfecto. Será por esto que a las personas buenas les pasan cosas malas??? Accidentes, desamores, pérdidas… Para hacer un stop en las vidas mundanas y recordar lo que es verdaderamente importante, lo que no pueden hacer las máquinas ni la ciencia… lo que te hace sentir … sentirte Tú. Cuando contemplo el suicidio, la gente me mira raro. Algunos creen que es broma, otros se preocupan… nadie entiende por qué una chica inteligente, bonita, cariñosa, sin problemas aparentes y con una vida llena de posibilidades contempla esto… y es que mi interior está tan escondido que ni siquiera yo puedo explicarlo muchas veces, ni siquiera yo puedo entender la profundidad de estos pensamientos y sentimientos… sólo Dios… Creo que a veces quiero simplemente bajarme de la montaña rusa en la que estoy, en la que los días pasan haciendo lo que se supone que tengo que hacer y si no lo haces eres inconsciente, egoísta e irresponsable… en los que envejezco y no me caso, no tengo hijos y no sigo lo que la sociedad dice que tengo que hacer bajo la mirada fría de mis padres y gente más cercana que siente pena por mí y mi “inconsistencia”…creo que ellos hacen que hasta yo sienta pena por mí, por ser diferente, todo esto me hace creer a veces que debo estar mal no pensar como los demás y no “lograr” lo que todos esperan de una chica como yo, con mis posibilidades, con mi preparación, con mi belleza física, con mis conocimientos y profundidad... creo que quitarme la vida es lo único que puedo hacer para no sufrir el peso de ser diferente… aun cuando no quiero serlo, lo soy, y al mismo tiempo, tengo cosas que me han inculcado y que odio, porque a veces creo que son importantes, porque me adoctrinaron para creerlas pero que en el fondo sé que no es así, que lo que es bueno para muchos para mí no lo es necesariamente. No quiero vivir una vida convencional aunque muchas veces me sienta mal por no vivirla… por querer salir y hacer cosas que ya no están tan acorde a mi edad… cuando era más joven estaba mal hacer esto y aquello porque era muy chica y ahora resulta que estoy muy mayor para otras cosas… porque resulta que “hay una edad para todo” por qué siempre me siento juzgada por hacer cosas que me nacen hacer? Vestirme como me quiero vestir? Amar a equivocados y dejar ir a los buenos… Acaso algo es bueno porque todo el mundo lo hace? Cuántos divorcios, cuántos abortos, cuánta gente infeliz…. Porque incluso los más felices tenemos momentos de momentos y es por ellos que escribo, es ahí cuando contemplo el suicidio y es cuando me acerco a Dios. Entonces sí, lo acepto, estoy triste, pero aprovecho mi tristeza como una oportunidad más. Amo que no me ames aunque yo te ame… amo eso porque me hace estar en soledad, con mis pensamientos, me hace ser irresponsable, me hace sentir, me hace renovar mis objetivos y estar cerca del único que nunca me dejará de amar que es mi Dios. Y cuando le pido a Dios que me ames, Él calla y creo que para Él es importante que pase por esta tribulación para reencauzar mi vida, por eso calla. Por eso no me dice “ve tras él que es tu amor” porque me dedicaré a ello como gusto y cerraré este momento, por eso no me dice “déjalo” porque me olvidaré de todo y drogaré mi mente, una vez más, no soy de las que se apegan demasiado, sé perfectamente cómo controlar lo que siento, aunque a veces me cueste más que otras veces… Pero eventualmente Dios tiene misericordia de mí y cuando sea el momento, cuando ya esté preparada, cuando haya aprendido lecciones… me dará una respuesta clara, clarísima y sin lugar a dudas sobre ti, mi amor. El dolor no viene del sentimiento de amor.. viene del apego… siempre te voy a poder amar a la distancia, sin ataduras, sin remordimientos… si no estamos destinados juntos y si decidiéramos no estarlo, me hará feliz verte feliz aunque no sea conmigo pues eso es el verdadero amor… me hará feliz que vengas y disfrutaré de estos momentos contigo pero luego no estaré triste cuando te vayas, recordaré con mucho cariño todo lo que aprendí de ti y nuestros momentos los atesoraré en el fondo de mi corazón y cuando mi mente no lo permita… mi alma se acordará de ti. Se supone que para amar debo esperar algo a cambio, sino no me respeto a mí misma… no sé cómo descifrar este secreto de las abuelas… pues muchas veces me han amado a mí y yo no he correspondido y estoy feliz y tengo suerte de poder decir que me han amado muchas veces aunque sin querer haya roto un par de corazones, el mío ha sido roto también… creo que así va la vida y de todo he aprendido y no me arrepiento y si lo veo con detenimiento, en realidad no me arrepiento de nada, aun sabiendo que las cosas pudieron haber sido distintas, no lo lamento, acepto cómo pasaron y sigo en la montaña rusa. En fin, lo que siento por ti no es tanto lo que siento por ti, el problema es lo que siento por el hecho de que no me quieras como quiero que me quieras lo que me ha inducido a escribir esto…mi inspiración de esta noche… te lo respeto, no te juzgo, no tienes por qué darme lo que no puedes o quieres dar.. no es egoísta, estás en tu camino personal y no tengo que ser parte de él, aunque tú, de momento, estés en el mío, ya congracié mi alma con la tuya, te perdoné en todos los casos, aunque no sé qué vas a hacer, mi alma se acordará de tu alma y no de las decisiones que tomaste… mi alma está feliz de haber tenido la oportunidad de tocar la tuya y te lleno de luz y amor hoy y todos los días que pienso en ti. Estás en mi camino como tantas piedras con las que me he tropezado, con las que me he hecho daño y las que me han ayudado a reconocer los peligros del camino, a estar más atenta… algunas te cortan, algunas te fracturan, algunas apenas te sacan ampollas y otras te rozan… todas están para que prestes más atención y no te desvíes de tu llegadero final. Algunas veces he encontrado piedras que eran frutos y me alimentaron, otras veces alimentos que eran piedras y no tenían nada que darme… otras veces piedras bellas y muy altas, para que yo contemplara sin tocar y otras veces piedras que en realidad eran semillas de algo nuevo, algunas cultivé y muchas otras no, algunas me enfermaron… otras me nutrieron y muchas me curaron en cuerpo y alma. Algunas veces hacen bien al principio y luego, en exceso enferman y otras no las cuide y se pudrieron, otras eran amargas y feas y me hacían bien… como los remedios de la abuela, algunas fueron alucinógenas… todavía no sé qué eres tú y me excita y me aterra probarte un poco más… te he probado tantas veces y no sé a qué me sabes… Terminando el vieje al centro de mí, por hoy, pensaré un rato más en ti mientras me duermo, igual hasta sueño contigo y me haces falta en la cama… pero mañana, que es lunes, cuando ya no tenga tiempo… me drogaré con mi trabajo, mis amigos, tal vez con drogas de verdad… así que hasta pronto mi vida, mi amor, te lo digo y le digo hasta pronto a mí misma que de momento, cuando tiene tiempo, sólo piensa en ti y que se corta el impulso de escribirte, de buscarte, de ser yo, para no agobiarte, para cumplir con lo que se espera de mi y seguirte amando a la distancia, aunque no sepa si tú me ames y me parezca que no. Y me pregunto, tiene Dios una respuesta para mí hoy, o si será el silencio mi respuesta esta noche?
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juan carlos reyes cruz
Un psicólogo tendrá la facilidad de aclarar tus conceptos y ordenar tus prioridades y desenmascarar los caprichos que en la actualidad se te enquistan de manera peligrosa. Estás empecinada en un amor que no te complace y terminas ciegamente idealizándole.
Isabel: esa persona no es la única del mundo; también existimos millones en el mundo que tenemos la capacidad para aceptar el valioso caudal que entregas; es cuestión que canalices tus sentimientos de una manera adecuada y, como lo sugiere sabiamente tu abuela, mírate tu misma y comienza siempre por quererte.
La vida es bella y está allí completamente dispuesta para que obtengas de ella mucho provecho.
Eres tú quién nombra a Dios y buscas con ahínco sus respuestas; aunque no te des cuenta ellas están en todos tus contornos como nutrientes frutos sabrosos y gratuitos; basta solo que los escojas con inteligencia y deseches con total cordura los descompuestos: somos privilegiados al poseer la sabiduría para hacerlo.
Busca en ti esa fuerza, porque sé que la tienes... Todos la tenemos.
Besos bienaventurados.