Varios amigos me han preguntado cómo se escribe una autobiografía. Para empezar diré que yo creo que todos tenemos algo que contar. ¿Cómo contarlo? esa es la pregunta. Después de haber leído varias opiniones de algunos autores reconocidos de cómo hacerlo, yo le doy la razón a Hemingway, pues según él, hay que escribir con el corazón abierto, igual que yo intenté por primera vez escribir todos mis sentimientos que se quedaron pegados en mi memoria…No importa, sí estos recuerdos fueron agrios o dulces…En realidad, yo recuerdo que fueron más agrios. Sin embargo, en la serie del “Negro Cochino” intento escribir sin tapujos, como dice mi mamá, a quien también le tengo una serie que la nombré “Los Dichos de mi Mamá”. Y por eso hago estas preguntas, en este caso, solamente a los hombres porque todavía ando en la búsqueda de comprender a las mujeres: ¿A poco no hubo algunos de nosotros que mató a un zanate? ¿A poco no hubo alguno de nosotros que le mentamos a su madre a nuestra propia madre cuando nos regañaba? ¿A poco alguno de nosotros no se robó en diciembre un balón de fútbol en la tienda Blanco –cuando existía- para jugar con los amigos en la calle hasta las dos de la mañana? ¿A poco no hubo algunos de nosotros que quisimos escuchar el sonido de la electricidad en la bocinas y por eso explotaron? ¿A poco alguno de nosotros, no se enamoró del guapetón de la clase? ¿A poco no hubo alguno de nosotros que fue poco hombre cuando por celos golpeó a la novia? ¿A poco no hubo alguno de nosotros que tuvo poca suerte con las niñas? ¿A poco no hubo algunos de nosotros que les hicimos honor en el baño a las muchachas de Play Boy y hasta a nuestras amigas?..Bueno, finalmente, el que esté libre de pecado que tire la primera piedra y me descalabre la cabeza como me la abrió una maestra de primaria cuando me tiró el borrador que fue a rebotar a mi cabeza en ese entonces en que mi madre ya había olvidado la transformación del cisne en mi persona.
Varios años después en que yo también le hacía honor a las chicas esculturales de Play Boy, una niña con su rechazo a mi propuesta de amor, me inspiraría a estudiar de día y noche, pero, sintiéndome el más feo de los mortales y, además, sin futuro como lo había dicho esa chica de color canela, que para mí se ha quedado niña en mi mundo de andariego por varios países. Y a pesar de todos los intentos de buscarla en Face todavía no la encuentro. Seguramente, ella, ni sabe que existo. Pero, ella sigue siendo parte de mi vida. Hasta sueño que voy agarradito de la mano con ella caminando por toda la bahía de Santa Lucía desde Albania donde sigo con este loco sueño de escribir. O sea, luego de mi primer libro que lo escribí con el corazón abierto, ya he escrito siete novelas entre ficción y realidad. Así que a mis amigos y conocidos, que me han preguntado cómo se escribe una autobiografía, yo solamente les diría que empiecen a recordar todo lo que les hizo feliz y tristes y poco a poco se darán cuenta como fluyen los recuerdos y además no le teman a lo que dirá la gente, pues yo estoy convencido que toda historia es importante.