El ltimo de la fila
Publicado en Mar 01, 2018
EL ÚLTIMO DE LA FILA
Dedicado a las víctimas y a los héroes del horrible terremoto que castigó a México el 19 de Septiembre del 2017. “Los rescatistas dicen que es crucial hablar y animar a los atrapados en las ruinas de un terremoto para que soporten más tiempo el encierro pétreo; dicen que sin el esfuerzo por aferrarse a la vida, las víctimas jamás podrían salvarse. No puedo creer que la diferencia entre mantener la vida o perder lo único que conocemos sean unas palabras bonitas.” --¡Señor Garnica, está usted bien? ¡Golpee tres veces si está vivo! “Si pudiera hablar, seguramente le gritaría: ¡Y qué pasa si golpeo dos o cuatro veces? ¿Acaso significaría que estoy muerto, idiota! Ni siquiera puedo sonreír por mis estupideces. ¿Acaso será este mi destino, si existe una vida sobrenatural? ¿Haré bromas sin poderme reír, tendré fantasías eróticas sin cuerpo que complacer?” --¡Señor Garnica, vamos a volver a meter vigas para apuntalar el techo! ¡No se asuste por los ruidos que le lleguen! “Los ruidos están a unos 20 metros de donde estoy. Lo peor es que apenas se han movido tras un día de trabajo. A este ritmo en tres días sacarán una masa putrefacta de lo que hasta hace unas horas consideraba lo más valioso del planeta.” “Si pudiera gritar les pediría que inyectaran un gas venenoso que acabe con mi vida. Moriría como rata, pero sin dolor.” “Me apena esta gente maravillosa que soporta lluvia, frío y trabajo pesado, tan sólo por la ilusión de que salvarán a un desconocido. ¡Qué estúpido fui por decir que en México todo es crimen, corrupción y holgazanería!” –Señor Garnica, no podemos quitar más material. Es peligroso. “Ya se rindieron.” –Sabemos que está vivo, pues tenemos una pistola que detecta el calor de su cuerpo. ¡Voy a entrar! “Escucho como se arrastra con gran velocidad, como una serpiente persiguiendo un conejo. No puedo creer lo fácil y rápido que le fue llegar hasta donde estoy.” –Disculpe, Señor Garnica, me hubiera gustado sacarlo antes, pero no quería arriesgar mi vida haciendo esto. “¿Arriesgar tu vida, muchacho?” “Coloca dos mecanismos hidráulicos y comienza a bombear para levantar todo lo que me aprisiona. Barillas, concreto, cables y cristales truenan y rugen sobre nosotros. Por mis expresiones y movimientos de rostro sabe bien que le imploro que me deje, que con su estúpido acto de heroísmo lo único que va a ganar es morir a mi lado. Mas no le importa. Está decidido.” “Comienzo a forcejear para salir de mi entierro. Estoy incrédulo, impresionado y orgulloso, pues no sé de dónde he sacado fuerzas. Si he logrado ayudar en mi rescate no es por salvarme yo, sino por salvar a este joven desconocido”. “Tras varios intentos, ¡logramos liberarme! Él le grita a sus compañeros –¡Está libre!– pero nadie pronuncia palabra… la batalla aún no se ha ganado.” “Comienza a arrastrarme, yo hago un esfuerzo sobrehumano por ayudarlo, pero sólo se queda en eso, un esfuerzo sobrehumano en mi rostro, acompañado por inútiles movimientos de hombros y cabeza. Si sólo eso puedo hacer, entonces eso haré. Se lo debo a este joven.” Me sacan de las ruinas de un edificio de ocho pisos. La gente grita histérica que es un milagro. Para bajarme de esa pirámide de escombros, paso por los brazos de cada uno de mis rescatistas. Cada uno me da las gracias. Yo quisiera en verdad agradecer a cada uno de ellos pero no tengo aire. Cuando por fin llego a las manos del que me va a depositar en la camilla de la ambulancia le puedo decir: Gracias, sin todos ustedes yo estaría muerto. Él me responde –en parte, Señor Garnica, mas no debe olvidar jamás que en este equipo de rescatadores usted es… el último de la fila.
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Mara Vallejo D.-
Primero que todo, Paz en la Tumba de todos los seres que fallecieron ese día.
Ahora bien, la historia que nos compartes en mi concepto está bien narrada y ese final me deja pensando y entonces . . .
Los últimos serán los primeros !!!
Buenas sus letras.
María
Luis Alejandro Rodrguez Sotres
No había pensado en eso. Bien dicen que el arte es una llave que habré muchas puertas.
Gracias por mostrarme tu visión.