Mi visión de México 2
Publicado en Mar 02, 2018
Según información del Grupo de Información Financiera Internacional (GAFI) abogados y contadores mexicanos no han presentado en los últimos tres años los reportes de operaciones sospechosas a los que están obligados: ¡NI UN SOLO REPORTE!; además, datos de la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda dicen que en 2017 se reportaron 178 mil 211 operaciones inusuales, lo cual implica un incremento del 5% en un año.
Es preocupante que el gobierno cumpla con creces sus proyectos recaudatorios, mientras las actividades sospechosas y casos de corrupción aumentan. El Servicio de Administración Tributaria (SAT) no cuenta con recursos suficientes ni la capacidad para monitorear el cumplimiento de sus medidas, ya que inspeccionó menos de .2 por ciento de las entidades por las cuales es responsable. El gobierno federal cumplió sus metas fiscales en el 2017, como un superávit primario, reducir el déficit y obtener 320 mil millones de pesos extras como remanente de operación. Éxitos que observamos a la luz de una eficaz actividad recaudatoria y a la sombra de una durísima política de ahorro. La educación fue el sector más afectado, pues su inversión física disminuyó 49.6% en términos reales respecto a 2016, o sea, de 11,432 millones de pesos a 6,113 millones menos. La salud redujo su presupuesto 9.3%; al agua potable y alcantarillado le quitaron un 55% respecto a 2016. En general, el gasto programable del sector público cayó 6.4% en el primer semestre de 2017. Es plausible que se cumplan las metas, pues hoy los causantes aportan el 55% al gasto público; la proporción más alta registrada. El problema es que el gobierno cumple sus metas fiscales sin atacar las actividades sospechosas. Ahora bien, las buenas noticias tampoco son maravillosas. La aportación de 55% de los ingresos tributarios al gasto público es aún muy baja. El gran problema es que existe un mercado laboral en la informalidad muy grande. La recaudación tributaria representó 13.2% del Producto Interno Bruto (PIB) en el 2017; por debajo del promedio de los países que integran la OCDE (34.3% del PIB). Enfocarse en la recaudación para sufragar el gasto público, sin considerar el saneamiento del sistema fiscal es un error, pues no habrá presupuesto que alcance. La desconfianza permeará en la ya golpeada inversión, el gasto público tendrá que continuar castigándose y habrá menos capacidad de ahorro. Mas no importan críticas, consejos ni buenas intenciones en este año. Por desgracia, los intereses electorales están desplazando a los nacionales. Durante estas precampañas e intercampañas, sin propuestas, la contienda electoral ha servido para incrementar el ruido, enmudecer el diálogo y difundir actos circenses. Ante las descalificaciones no hay espacio a las aportaciones constructivas; ante alianzas inconcebibles se difuminan las convicciones políticas, ante la falta de voluntad para elevar el debate no vemos liderazgo. En estas condiciones, no importa qué candidato es más atractivo, sino quién causa mayor repulsión. Presenciamos un morboso proceso donde todos perdemos. ¿Perderá el desesperanzado electorado que quiere castigar al PRI?, ¿el resentido grupo que no perdona a la dirigencia del PAN?, ¿el que teme a Morena? Esto es terrible para la política en México. En el arte de hacer acuerdos debemos ceder ciertos intereses para lograr un común acuerdo, entender que ningún candidato cumplirá al cien por ciento nuestras expectativas, mas qué triste es decidir por el menos malo, capaz de aliarse con el más malo… ya que esa suma nos dice que todo está mal. ¿En política, qué ideales quedan cuando todos están dispuestos a aliarse con todos? Como dijo la periodista española Julia Navarro: “Era fácil derrotar a una sociedad que no creía en nada”… Así, esta será la elección de los derrotados.
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Marìa Vallejo D.-
Si por allá llueve...
Tema fuerte amigo mío.
Bien por tus letras!!!
Saludos
María
Luis Alejandro Rodrguez Sotres
Si te interesó este texto cuando no eres de Mèxico, debe ser que en verdad te agradan mis ideas. Es un gran honor.
Gran día, amiga mía.