VIAJE A LOS LLANOS ORIENTALES
Publicado en Mar 08, 2018
VIAJE A LOS LLANOS ORIENTALES Mucho por observar durante el viaje a los llanos orientales, música, canciones, paisajes… Algunas rutas aceptables, otras destapadas, estrechas y pedregosas, varios peajes, conductores atravesados cerrando autos, motos dispersas por lado y lado, avisos de restaurantes, de tiendas, de gimnasios, de escuelas, de carnicerías, algunos letreros con errores ortográficos. Extensas tierras cubiertas de pasto, otras plenas de ganado, de cultivos de vegetales, de flores de frutas. Montañas escaladas con pequeñas casas o ranchos, habitantes cansados de subir a sus casas, cargando baldes de agua y mercados. Perros en las aceras de pequeños caseríos, gente, en diferentes actitudes, riñas, parejas de enamorados, gente alegre y gente triste. Muy molesto ver tiendas que sacan a las calles cuerdas de carnes crudas, perseguidas por perros y moscos, luego, venta de comidas preparadas con esas carnes, papas saladas, gallinas, morcillas, chicharrones… ¡Qué asco!, pero los comensales gordos y barrigones degustan esas carnes, más tarde toman cerveza, juegan tejo o rana, ríen a carcajadas, dicen groserías, buscan en las radiolas canciones de despecho, también mujeres juegan tejo, igual, dicen groserías, ríen a carcajadas y los pobres perros se asustan cuando estallan las mechas del tejo. En un lugar concurrido hay venta de golosinas, jugos, gaseosas. Avanzando un poco más, entre leves lluvias y neblinas se observa algo impactante: una pobre viejecita, como de 70 años de edad, ofreciendo venta de venenos para polillas, (unas bolitas blancas de repugnante olor), en calles concurridas de autos, la pobre viejecita, esperando que los semáforos estén rojos, suplica a los ocupantes de autos que le compren el veneno,-casi nadie compra. La viejita es bajita, cubre su cabeza con un gorro amarillo, lleva puesto un viejo saco de lana negro, una larga falda verde, zapatos de color marrón, lleva en sus manos los venenos y una bolsa tejida que cae de su cuello para guardar las monedas que recibe. Verla…, despierta reflexiones sobre la vida de la viejita: Si vendiera dulces, frutas o curiosidades, sería mejor, si la gente le ayudara, a cambiar venta de veneno por comestibles, si la gente joven vendiera los venenos mas no la viejita, pobrecita, son injusticias de la vida. Acercándose la llegada a Villavicencio se observa un paisaje espectacular, el sol de los venados, alegrando al firmamento con sus bellos colores anaranjados, sin que se borre la imagen de la viejecita a la que se le llama “La viejita de los venenos” aquella que en ningún instante desaparece de la mente, hasta llegar a ver en la imaginación a la viejita anclada en el hermoso paisaje del sol de los venados. Se convierte en obsesión la figura de la anciana, da la idea de pintar cuadros al óleo diversos, reflejando el rostro de la “viejita de los venenos”. Se desprende del pensamiento, imaginar el camino recorrido desde la infancia hasta la vejez imaginar a esa viejita cuando era bebé, cuando era niña, cuando era señorita, cuando era madre, cuando era abuela, sin saber si fue pobre toda la vida o adinerada alguna vez, sin saber de sus trabajos, ni de su vida, si las circunstancias de la vida la han llevado a vender venenos, sin saber si fue madre, esposa, hermana, sin saber nada sobre su salud, sus necesidades, sus familiares, pero lo triste y real es verla tan anciana vendiendo venenos, bajo la lluvia y el frío, rogando que le compren venenos ¡qué triste es la vida para algunas personas, mientras otras gozan! Puede que anteriormente la viejecita haya sido feliz, pero lo que no se puede negar es que el momento de vejez no tiene reversa. Cada día más anciana, más arrugada, más enferma, cada día sentir que la muerte se acerca, bueno, no sólo ella, todos envejecemos, sufrimos enfermedades, tristezas, a veces desilusiones, soledad, o… abandono… Sentir la felicidad de llegar a Villavicencio, atravesando el túnel de Bellavista, sin compañía humana, sólo imaginando, observando monumentos, el de Luis Carlos Galán, el del progreso, el de las mariposas, el del petróleo, el del arpa…, Muchas obras hermosas, la piedra del amor, es un sitio espectacular, jardín botánico, parque de los fundadores, cerro del Mirador, la belleza de Caño cristales… Días de paseo, observando y mezclando la obsesión de la “viejita de los venenos” con los monumentos, imaginarla… montada en el monumento del Progreso, en el de las mariposas, sentada en las piedras, en los parques, en las fuentes, bailando joropo al son de arpas y cantantes, ya no había soledad, la viejecita era compañía. Al regreso surgía el deseo de buscarla, hablarle y ayudarla, sin la posibilidad de volverla a ver, sólo quedaba imaginar a la viejecita de copiloto, cantando y recordando el paseo hasta llegar al lugar de residencia. Nada era mejor que dedicar un mes pintando a la “viejita de los venenos”, anclada en el bello paisaje del sol de los Venados, en la piedra del amor, en el monumento de las mariposas, exponer las pinturas al óleo en museos y ser admirados los cuadros por muchos observadores. Volver al sitio donde estaba la viejecita, con la ilusión de encontrarla y poderla ayudar.
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Daniel Florentino Lpez
Habrá que viajar a los llanos orientales
Felicitaciones
Un abrazo
Lucy Reyes
Cordial abrazo.
MAVAL
Entrañablemente uno se queda con una personaje, quizás llevándolo a su propio vivri en el momento que este y como ya se vislumbra el paso de nuestra propia vida.
Cada ser es único y lo valioso es que gracias a ellos podemos seguir escribiendo.
Pases un buen mes .
Abrazos.
Lucy Reyes
Abrazos querida MAVAL.
Elvia Gonzalez
Lucy Reyes
brazo querida amiga..
Mara Vallejo D.-
Un recorrido llenos de muchas situaciones y paisajes, viví esas sensaciones con mi esposo e hijos; viajamos desde Cartagena a Villavo en nuestra Kia Sportage y bueno esos recuerdos están intactos . . .
La sra, casi protagonista de vuestra historia, es feliz con la venta de veneno, de no ser así, se que lo hubiese cambiado por cualquier otro producto, que se yo mangos . . . . Bueno eso creo !!!
Me gustan esas historias amiga mía y tú , las sabes contar muy bien.
Abrazos para vos y vuestra familia.
Lucy Reyes
Un abrazo querida amiga.