UN POEMA A MI MADRE
Publicado en May 07, 2018
Llegué orgulloso a la casa de mi madre,
quería mostrarle un poema dedicado a ella traducido en albanés. Postrada en su cama se sentía culpable, ya no podía hacer el quehacer, siempre anduvo como una hormiguita. Desde que murió mi padre se subía a la escalera, pintando los muros de la casa en épocas navideñas, no le pedía frías a nadie. Desde hace dos años sus rodillas ya no soportan su cuerpo, siempre las tiene hinchadas. Le pregunté, si quería que se lo leyera, me dijo con ojos de orgullo que si. Con mi mejor pronunciación albenesa, lo leí así: Kush e thotë se tani nuk fluturon nëse krahët e diturisë vdesin deri në fund të ekzistencës sonë. Kush thotë që zemra ime nuk rreh nëse dua me të dhe jo me kokë. Kush thotë që jam trup i tharë nëse në pak vite do t’i jepja të ngrënë tokës me hirin tim. Kush thotë që jam (preterito)? nëse gjaku im tashmë do të rrjedhë në venat e nipërve të mi. Për këtë atij qesharakut që e beson veten inteligjent dhe flak tej pleqërinë me injorancën e tij i them çdo çast duhet ta jetosh në plotësi i qetë për të vdekur një çast... Terminé de leerlo, me comentó que debería ser muy bonito, pero que de esa chinguadera, no había entendido nada, pues se parecía a los idiomas que habla mi hermano el pastor cuando está haciendo una sanación. Me reí una vez más de su nueva ocurrencia, le planteé si quería se lo leyera en español. Ella me contestó era mejor. Con una mejor pronunciación lo leí así, una vez, más sin el título: Quién dice que ya no vuelo si las alas de la sabiduría se muere hasta el final de nuestra existencia. Quien dice que mi corazón no palpita si amo con él y no con la cabeza. Quien dice que soy cuerpo marchito si en pocos años le daré de comer a la tierra con mis cenizas. Quien dice que soy pretérito si todavía correrá mi sangre en las venas de mis nietos. Por eso al insensato que se cree inteligente e ignora los años con su ignorancia le digo hay que vivir en plenitud cada momento para morir tranquilo en un instante... Terminé de leer el poema, sin decir ninguna palabra, mi mamá se llevó una toalla a sus ojos se secó sus lágrimas, probablemente, se hizo la pregunta en qué había fallado con la educación de algunos de sus nietos que crió, pues nosotros, sus hijos, siempre la respetamos y seguimos respetando. El título del poema se llama “Asquerosa Vejez", yo no creo que ella lloró por eso.
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Almudena