Una historia VERDADERA
Publicado en May 27, 2018
Una historia verdadera Era un lugar extraño para acabar la noche. Las cortinas, amarillentas en sus bajos ,guardaban sintonía con la sordidez de aquellos rostros destruidos, alicatados superficialmente. Pasé el umbral y dirigí de soslayo un repaso a los presentes Deshice la doblez de la falda. No había sido buena idea. Allí estaba, en la última mesa de una interminable disposición. - ¿ qué haces por aquí?- fingí desinteresada - Esperar mi wiskiYo pensé en algo más que reproches. Sin embargo, su aspecto, lejos de asquearme, me hundió con familiaridad. Llevaba idéntico sombrero al de la primera vez que llovió y él lo sabía.Elevó su dedo índice como hacía siempre y lo pasó delicadamente bajo el ala para inclinarlo . Me miraba sin perderme, se recreaba.Conseguí controlar el impulso de mis comisuras por sonreír. Endureció el gesto y, después de vacilar, lo dejó en la misma posición. - Siéntate - No tengo mucho tiempo- Entonces ¿ por qué has venido ?- No lo sé...Me entraron unas ganas incontenibles de llorar . - ¿ Qué te pasa ahora ? ( conocía ese tono condescendiente)De repente no pude mirarle más y me volví sobre mis pasos- Adiós - ¿ A dónde vas ?- gritó iracundoCerré de un portazo aunque el gozne pareció secundarlo con un retardo interminableLlovía a cántaros. Sentí mi corazón desbocado.Me quité los tacones y corrí desconcertada . Las calles se repetían, nada permanecía cuando se trataba de huir . Quiero salir , odio estas baldosas, los árboles que nunca mueven sus hojas . Un charco, otro charco, el reflejo de la muerte, sus ojos sanguinolentos que aprietan más las venas detrás de mi . Tropecé, otra vez el tobillo. Me retorcí de dolor. ¿ Quedaba algo dentro de mi ?Busqué debajo de mis bragas, advirtiéndome. Otra vez el sombrero, su polla sucia. Comencé a masturbarme. Solo una vez más.Abrí la boca , lo más que pude . La lluvia rompía en canal por mi garganta. La expulsé, no podía . Tosí sin parar. Estaba mareada y confusa Entonces una figura se acercó con el paraguas invertido, convertido en un amasijo de varillas.- Llamaré a alguien , no se preocupe. Su pobre rostro arrugado no expresaba sino terror y angustia Pronto llegaron las luces y las sirenas, los curiosos y la policía con su cinta aislante .El que conducía levantó la camilla con más fuerza que sus compañero.Con la cabeza abajo me sentí más aliviada Allí estaban mis piernas , lo único que me gustaba de mi, su blancura arrebatada a moratones, tan reales.Lo siguiente fueron las puertas, primero una, luego la otra.Cerré los ojos. Estaba en casa.
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Mara Vallejo D.-
La historia invita, por la forma como guias las secuencias y mantienes alerta al lector, el final nos informa que los sueños son tambien diario vivir...( es mi parecer) Abrazos.