Gracias, Daniel, por recibirme nuevamente en tus espacios. Las fuerzas oscuras me han querido alejar, pero he generado una gran lucha para imponer mi vigencia y establecerme en éste lugar con ustedes.
Mi incondicional aprecio.

Gracias amigo !
En verdad no llegó a ser fatal, pero si muy angustiante y las circunstancias me tumbaron al punto de tenerme alejado del camino colorido y aromado de la vida. No obstante, persisten los anhelos por seguir contemplando la luz y no cejaré en aprovechar las oportunidades de realizar todo lo hermoso que exista.
Regresé con esta reflexión citada intentando manifestar el inmenso valor que desde mi posición le otorgo al contacto humano y con la vida.
Gracias por ser mi amigo, Enrique.

Es curioso lo que uno siente por las personas a las que apreciamos: es natural que contemos con ellas ( o al menos lo esperemos) en nuestros difíciles momentos, sin embargo en el momento en que ese anunciado instante se produce, la sensación de plenitud se redobla y el estremecimiento no es una exageración, se experimenta... ¿Se deberá al debilitado estado en que se encuentra mi órgano cardíaco?
Mi querida María: tenerte incluida en éste especial círculo de amigos es en verdad un privilegio y una ventaja, porque con ello tu le garantizas a uno un inmenso consuelo. Ojalá la vida me diera la ocasión de conocerte personalmente.
El mejor de mis cariños.

Mi dulce Lucy, hermana virtual: Al igual que con María Vallejo, me une a ti un maravilloso vínculo virtual que perfectamente podría ser real, pues nos une un establecimiento de estilos y valores comunes. También me encantaría encontrarme con la oportunidad de conocerte personalmente... Imposible no es.
Te agradezco el minuto que te has dado para leerme y espero retomar mi interacción con las participaciones de ustedes. Aparte de ello, te llevo en mi corazón.